Secretariales

Los moteles más discretos y escondidos, para los que quieren
pasar inadvertidos. Están a la mano, tienen lo necesario y son de precio amigo.

Atlampa: Rápido y furioso

 

El plan incluía lencería nueva, juguetitos sexuales y un par
de cervezas. No imaginé que habría tantos elementos matapasiones para desvanecer
la diversión, comenzando por la fachada del hotel, color gris, y su
arquitectura con ventanas-espejo, como si fuera un inmueble de oficinas. La
cortina del estacionamiento, ni de metal ni automática, sino de lona. El cuarto
empezaría a coleccionar puntos en contra: televisión empotrada, poquísima
iluminación, alfombra sucia, cortinas desgastadas, sillones de vinil
descuidados y colchas desaseadas. Nunca vi la tira de papel que lucen las tazas
de baño al recibir nuevos huéspedes ni percibí detergente en las sábanas.
Ignoré a propósito el jacuzzi. Quizá lo único interesante del cuarto era el
muro de vidrio que permitía visualizar desde la cama king size lo que ocurría
dentro del baño. Cualquier imagen posible fue tan sólo mental, pues reprimí mis
propias fantasías con un educado: "no, gracias", que ahora pronunciaré cada vez
que alguien mencione este hotel.

Río Consulado 661, Atlampa, 55476272.

Precios: Hotel: 350, Motel: 250, Suite: 320

Servicios: 3 canales porno, room service, música y
habitaciones para fumadores. No condones de cortesía ni amenities.

Tiempo límite: noche completa.

Paso por recepción: sí

TC: Todas

 


Hotel & Villas Franklin: A patear loncheras y portafolios amarillos.

 

Antes de considerar al hotel Franklin como una opción para
calmar el ansia cachonda, hubo que tomar en cuenta que está ubicado frente a la
universidad La Salle y a un lado de las oficinas del PRD: las cosas se podían
poner difíciles a la hora de conseguir cuarto. Luego de sortear el trámite de
horarios y prácticas político-educacionales, la siguiente "tarea" fue
aguantar un pésimo servicio en recepción: no estás en el Camino Real y no
vienes a un congreso internacional, por lo que no te sentirás "como en
casa", sino en casa de tu suegra. Si tienes suerte alcanzarás la suite, sí
sólo es una, e incluye jacuzzi, si no, los demás cuartos o villas tienen lo
básico para pasar un buen rato, baño limpio, un pequeño tocador, cama amplia,
servicio a cuarto con una carta bastante completa que va del helado de
chocolate a platos más "sofisticados" aunque menos afrodisiacos, como
la torta de milanesa. En fin, la experiencia es un tanto dispareja, ya quedará
en ti poner los picos altos en la velada.

 

Benjamín Franklin No. 76, Escandón, 5515-5656

Precios: Villas y cuartos: $440, suite: $500. Servicios:
cable con canales XXX, room service.

Paso por recepción: opcional.

Tiempo límite: noche completa.

TC: No AMEX

 


Hotel Niágara: No apto para peatones

Si llegas en auto, todo es sencillísimo: pides la
habitación, y pasas directo a la cochera del cuarto; pero si llegas como peatón,
como yo, la cosa se vuelve un poco más engorrosa: hay que pasar por la
"recepción" y soplarse con el somnoliento servicio (un tanto sorprendido) del
encargado en turno. Luego hay que seguir a la señora de la limpieza por el
patio para que te abra la puerta de la habitación (que tuve que pedir sin
jacuzzi, porque llegué en hora pico). Para recuperar la libido, la habitación
es todo comodidad: cama king size, decorado con estampas ochenterísimas, espejo
a un costado (para que no pierdas el ángulo), una cúpula con iluminación tenue
para entrar en calorcito, tres canales porno, pantalla plana y la opción de
llevar el DVD de tu preferencia y un inconfundible olor a loción baratona, al
que tendrás que acostumbrarte. En la carta de room service hay desde el ménage
a trois quesadillero hasta la orgiástica arrachera. Pero los condones corren
por tu cuenta.

Popocatépetl 926, Narvarte, 5688-000

Precios: Sencilla: 350, suite: 450 y 550 (entre semana),
sencilla: 350, 500 y 600 (fines de semana), AC.

Servicios: room service, cable, DVD

Tiempo límite: una noche

Paso por recepción: no

TC: todas

 


Hotel Argos: El tamaño no importa

 

Las ganas llamaron a altas horas de la noche y estábamos en
pleno Churubusco, así que teníamos dos opciones: o resignarnos a pagar $800 por
un hotel decente, o apelar a la suerte, que, afortunadamente, fue favorable: un
pequeño oasis del amor en la esquina del Circuito Bicentenario y la Calzada
Ermita Iztapalapa, en pleno trabajo de obras viales. Al abrir el cuarto, las
ganas se vieron mermadas por un momento. El espacio es ínfimo: apenas cabe la
cama (eso sí, king size), pero ya viéndolo de cerca, la atmósfera se prestaba
para las más cochinas fantasías. Cabecera con luz difuminada integrada, muebles
hip (quizá demasiado hip para la zona), tele de pantalla plana con porno,
regadera abierta a la vista de mi voyeurista interno, eso sí, de la cintura
para arriba. Y sería un motel de destacarse, salvo porque a alguien se le ocurrió
la genial idea de musicalizar los pasillos (y de rebote, los cuartos) con
MixFM. ¿Algo más matapasiones que "Video killed the radio star"?

Calz. Ermita Iztapalapa 311, Prado Churubusco, 5581 9106

Precios: Hotel: Sencilla: $300, Jacuzzi: $500; Villas:
Sencilla: $500, Jacuzzi: $550

Sevicios: Room service, restaurante, bar, TV plasma, DVD,
audio, cable, estacionamiento. P

Paso por recepción: opcional

Límite de tiempo: noche completa

TC: No AMEX