¡Qué noche la de anoche!

Confesiones de una sexóloga

Dándome a la tarea de traerles algo nuevo y refrescante que "confesarles", el jueves pasado le pedí a unos amigos swingers que me llevaran a un club swinger. Mi única petición: uno donde pueda observar, pero no esté obligada a interactuar si así lo deseo.

Fue una experiencia interesante, pero empecemos desde el principio. Hay que hacer reservación, sino no te aseguran tu entrada y yo, no me podía dar ese lujo. Mi investigación no se podía quedar inconclusa; por lo tanto, entré a la página, mandé un correo e hice una reservación para una mujer soltera -mujeres solas no pagan cover-.

La dirección del lugar es una calle sin número, pensé que no iba a dar con la casa, pero no fue así. Me dejé llevar por el instinto y bueno, tal vez por un tipo enorme con audífonos y cara de pocos amigos en la puerta de una casa. Me bajé con más miedo que ganas, si he de ser sincera, mi primera impresión no fue la mejor; aunque entiendo que nuestro país no es el más abierto a este tipo de establecimientos y por eso tienen facha de ser un tanto clandestinos.

En fin, entras, te registran, te preguntan cómo supiste de ellos y quién te recomendó. La verdad es que el personal que trabaja en ese lugar es muy atento y servicial, en ningún momento me sentí incómoda con el trato, al contrario. Te dan la bienvenida y te acompañan al bar y de ahí pasas al 
salón principal donde, ya que está el cupo completo -aprox. 50 personas-, el "anfitrión" del lugar te da la bienvenida y te recuerda las reglas básicas del lugar, que son las mismas que las de la página de internet.

1. No acudas si no estás plenamente convencido(a) de lo que vas a hacer. Deja la timidez afuera y expláyate, recuerda que estás en un ambiente de amplio criterio. Recuerda que el ambiente lo haces tú y sólo tú sabes cuánto te diviertes.

2. Trata a todos con consideración, sensibilidad y discreción;
es decir, trata a los demás como deseas ser tratado.

3. Sé amigable, aunque no te interese tener una relación sexual.

4. Acepta un "NO" como respuesta y no preguntes:
"¿Por qué?".

5. Acude con preservativos; antepón la salud a la satisfacción.

6. No descuides tu higiene personal, puede ser la diferencia entre ser aceptado o rechazado.

7. Respeta los límites de las demás parejas y haz respetar los propios. No permitas, en ningún momento, que nadie ejerza presión o te obligue a estar en situaciones que te sean desagradables. 
Asimismo, toma en cuenta los sentimientos y deseos de los demás; si alguien se siente tenso o incómodo, trata de concluir el encuentro de la manera más discreta.

8. No interfieras en la vida romántica de otras personas; no cortejes o hagas insinuaciones más allá de lo sexual hacia quienes te han aceptado como compañero de juegos eróticos. No debes establecer ningún tipo de relación afectiva o emocional fuera del encuentro sexual, pues sería infidelidad.

9. Contesta todos los mensajes electrónicos, telefónicos o de cualquier tipo que recibas, así sea para decir simplemente: "No, gracias".

10. No propicies ni aceptes actos de violencia; no caigas en situaciones ilegales, como pedofilia, violación, etcétera. Recuerda que la máxima del Swinger es: Todo está permitido, siempre y cuando todos estemos de acuerdo.

Al principio de la noche me sentía como cuando vas de colada a una fiesta, en la que todos se conocen… donde la extraña eres tú; pero, conforme fue pasando la velada, me sentí cada vez más a gusto y acoplada al ambiente.

Una vez que las reglas quedaron claras para todos y todas, empiezan los juegos -sexuales, evidentemente- y el show de la casa. El día que yo fui el juego se llamaba algo así como "la granja XXX", que la verdad no tuvo mucho de XXX. Inmediatamente después del juego, empezó el show; primero una chica les bailó a todos los hombres y luego escogió 3 a los que pasó al frente y les hizo como un "privadito" que no fue tan privado, porque todos podíamos ver. 

Después nos tocó el turno a las chicas, fue momento del stripper. Nada espectacular…bueno hasta que se desnudó y entendí por qué lo habían contratado; ¡hasta miedo me dio!

Finalmente, el show termina con una sesión de "sexo en vivo", protagonizada por el stripper y la chica del principio…tienen relaciones al ritmo de una canción "romántica" -se dan besos y todo-. Terminan justo cuando acaba la canción; demasiado mecanizado si me preguntan a mí.

A partir de ese momento, ponen música, la gente empieza a platicar y ya puedes subir a cualquier de los tres cuartos obscuros que están arriba -que no están tan obscuros, dicho sea de paso- ó si lo prefieres, puedes ir a la cabina y experimentar el anonimato de los "glory holes".

No sé si se logran hacerse una imagen clara de lo que estaba pasando… pero era muy chistoso. Ahí estaba yo, sola, vestida como pa ir al cine -jeans, zapatito de tacón y una blusita coqueta- sentada, observando a la gente… me abordó más de una persona a lo largo de la noche; algunos muy directos, otros no tanto.

Lo más divertido… terminé rodeada de hombres preguntándome sus dudas acerca de la sexualidad y platicándome sus más variadas vidas sexuales. Todos coincidieron en algo…"te ves muy fresita para este lugar, deberías ir a X; ahí van mujeres que se ven extranjeritas como tú". Si decido conocer el lugar que todos me recomendaron, les contaré a ver si es cierto que está mejor.

Para un jueves en la noche, no estuvo nada mal. Me encantó escuchar las historias de la gente y el por qué les gusta ser swingers, es -evidentemente- un estilo de vida; tienen una visión del amor y de las relaciones humanas un tanto diferente a la mía, pero no por eso menos interesante y válida… dentro del mundo de las posibilidades, una opción más y está ahí, para quien decida tormarla.

Ustedes ¿alguna vez han ido a un club de este tipo? ¿se le antoja conocer? Cuéntenme…