La delgada línea entre el sexo seguro y el riesgoso

No todo es miel sobre hojuelas

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Cuando uno está ganoso, pareciera como si le bajaran el switch de encendido al cerebro. Te lanzas a tu pareja (o a tu amigo/a, ex, jefe, vecino o la persona que recién conociste en el antro) y sobres, comienza el jaloneo.

Y cómo no, la magia está en lo sorpresivo y en lo novedoso. Vamos, ni siquiera se te ocurre que mañana no podrás ver a tu jefe a los ojos o a tu mejor amigo de la infancia. Pero qué diablos. Lo bailado nadie te lo quita; se activa el mantra que dice: calentura mata neuronas. 

¿O no?

No, salvo aquellos que son conscientes de todos los riesgos que implica que tu paquete roce el tesoro (u otro paquete) de la persona que te vas a cenar sin usar protección, a ellos la calentura no les mata ninguna neurona. Sin embargo, usar un condón ya no debería ser algo que se te olvide o por lo cual pienses que ‘vas a sentir menos’. Pero todavía mucha gente piensa así.

Y más allá de usar un condón, ¿qué pasa si hago sexo oral sin él? ‘Es que se siente mejor y además, ¿qué puede pasar?’. O bien, ¿qué más da si masturbo a mi pareja sin lavarme las manos? 

Pues pasa y mucho. Entrevistamos al doctor Eusebio Rubio, director general de la Asociación Mexicana de Salud Sexual AC. y nos resolvió muchas dudas.

Para empezar, el doctor Rubio puntualizó que no hay que satanizar a la actividad erótica. O sea, no hay que sacar nuestros hábitos de monjas o monjes y creer que con sólo ponerle, uno ya se va a infectar con algo: ‘el riesgo lo pone la gente infecciosa, no la actividad sexual. En sí misma la actividad sexual no tiene potencial, siempre y cuando no haya presencia de agentes patógenos identificados como enfermedades de transmisión sexual. Las condiciones de riesgo existen cuando uno no conoce a la pareja o si se tiene actividad sexual con muchas personas de forma desprotegida’.

Una vez aclaro esto, vamos por partes.

Sexo oral 

‘Cuando alguno de los dos tiene una infección en los genitales o en la cavidad oral que se transmite en la actividad sexual, el riesgo de contagio existe en ambas vías. El riesgo cambia según el tipo de infección, es decir, son extremadamente fáciles de contagiar las bacterias y los virus como el herpes. El VIH se contagiaría en el momento en el que el semen entre en contacto con una herida que exista en la boca, o bien, por sangrado de las encías y una lesión en el pene o en el clítoris’.

Y no sólo se contagiaría el herpes y el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), sino que también la clamidia, la gonorrea y el Virus del Papiloma Humano (VPH). 

La prevención: uso del condón en el caso de hombres. Sí, sexo oral con condón, no sean manchados y pónganselo. Y en el caso de las mujeres, pueden utilizar el papel transparente que se usa en la cocina. Se va a sentir igual, así que no le saquen.

Compartir juguetes sexuales

Si se les ocurre armar una horchata y meter juguetes sexuales, o ponerle el cuerno a su pareja y tomar ‘prestado’ su vibrador (puede suceder, aquí no juzgamos): aguas, hay que tener precauciones. ‘Como se ponen en contacto con secreciones corporales, pueden funcionar como transmisores de alguna de las enfermedades. Hay algunas que se mueren al contacto con el aire, pero otras duran un rato’.

La prevención: lavarlos con profundo cuidado. Si la actividad sexual es en conjunto, lo ideal es colocarles un condón.

Sexo anal

Aquí hay que extremar precauciones. ‘La penetración anal, ya sea con el dedo, con el pene o con juguetes sexuales, representa muchos riesgos porque la mucosa tiende a lastimarse más fácilmente, es decir, podrían presentar pequeñas cortaduras. Estas lesiones sangran y pueden contener los virus que se transmiten sexualmente. 

La prevención: con don Juan. Ya sea con los juguetes sexuales, como mencionamos anteriormente, o bien con el pene. 

Masturbación en pareja

Existen bacterias que se pueden contagiar por la masturbación en pareja, aquí nos aclaró el tema de los virus: ‘el contacto de la mano con los genitales es poco eficiente para transmitir VIH. Sin embargo, hay que tener cuidado con el herpes y el VPH, puesto que el contacto de las manos que tocaron los genitales y que posteriormente tocan otras mucosas sería peligroso. Ahora bien, si la persona se lava las manos después, el riesgo de contagio es bajo. Las manos tienen una piel más resistente, por ahí es difícil que entre alguna enfermedad’.

Las enfermedades de transmisión sexual requieren este mecanismo, que se pongan en contacto la secreción con una zona del cuerpo que permita la penetración del agente patógeno, como las mucosas. 

La prevención: lavarse las manos muy muy bien antes de tener cualquier actividad sexual. Así de simple.

Sexo vaginal

‘No hay una diferencia con las demás’, nos dijo el doctor. En realidad, el contacto de mucosas y de intercambio de secreciones es tan riesgoso como uno decida. Con tan sólo utilizar un condón y mantener relaciones sexuales con una persona que ya se haya realizado los exámenes de salud pertinentes, ya la armaron porque incluso hay enfermedades que se transmiten aún con el uso del preservativo como las ladillas. Así que, ustedes deciden.

‘Ahora bien, si tienen contacto sexual con algún desconocido y sin protección, láncense al doctor por algún tratamiento preventivo antes de esperar a que se desarrolle alguna infección’.

No hay pretexto. Hay que cuidarse y cuidar a la pareja, punto.

Si desean mayores informes, pueden contactar al doctor Eusebio Rubio al teléfono: 5604-2652, correo: [email protected] o en su sitio.