Ya te lo decía tu mamá: “niño, déjese ahí, que cuando crezca no se le va a parar”. Sin embargo, tras recorrer algunos kilómetros y seguir sacándole brillo al soldado, jamás se cumplió su profecía. Por más que Manuela te hizo compañía en tus noches solitarias, siempre, SIEMPRE, volvía a funcionar.
Tiempo después te soltaron la misma perorata con la pornografía. Te dijeron que si te clavabas con esas escenas, serías víctima de la maldición. Que tu pareja se buscaría nuevas bocas buscando nuevas ansiedades. Que jamás volverías a amanecer con alguien.
Aquí te decimos si esto es cierto o no…
La cara feliz de la moneda
Un estudio hecho por el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California, dirigido por Nicole Prause y James Pfaus, reveló que a mayor contacto con la pornografía, mayor respuesta sexual humana.
Se le pidió a 280 hombres que soltaran la sopa sobre cuántas horas a la semana le dedicaban a la pornografía. También se les solicitó que se sacrificaran por el equipo y que vieran unas cuantas películas sexualmente gráficas y, finalmente, que confesaran si habían tenido problemas de erección con alguna pareja.
¿Los resultados? Bueno, pues quienes dedicaban más horas a la pornografía, reportaron tener una respuesta sexual mucho más fuerte y un deseo mucho más intenso por sus parejas. O sea que no sólo estaba lejos de ser una causa de disfunción eréctil sino que además les ayudaba a darles un empujoncito para animarse y ponerse a tono con sus parejas.
Y aquí viene el dato entusiasta: Prause y Pfaus aseguraron que quienes ven más pornografía tienen una actitud sexual más positiva. ¿Por qué? Porque mejora las erecciones, ya que ofrece una gran variedad de estimulación sexual. O sea, les ayuda a salir de la rutina y a dejar de comer pan con lo mismo. Aquellito resucita de entre los muertos.
El punto es que la pornografía sea un estímulo para que la situación se ponga color de hormiga en pareja. Si lo llegan a considerar como un punto de comparación, se fregó la cosa, pues sería muy frustrante querer igualar algo que se grabó en ocho horas y pretender hacer lo mismo en 45 minutos. Ni cómo hacerles el milagrito.
El lado B
Por otra parte, la Sociedad Italiana de Andrología y Medicina Sexual le dice: “quítate, que ahí te voy”, a este estudio.
Según los resultados de una encuesta hecha a 28 mil italianos, el “consumo excesivo” de pornografía causaría disfunción eréctil. Primero reduciría la libido y eventualmente conduciría a la incapacidad de tener una erección.
Quienes más sufrirían de esto son los que hayan comenzado a consumirla a los 14 años y que a sus 20’s ya alcanzaron nivel pro. La disfunción eréctil, según los autores de esta encuesta, se produciría cuando las personas no pudieran satisfacer las expectativas que la pornografía les creó. O sea, que cuando tuvieran un encuentro sexual con sus parejas, todo se vendría para abajo (textual).
Mmm… quizá aún tienen una idea un poco romántica del sexo. Nunca está de más ambientar la situación, pero tampoco hay que clavarse tanto como para creer que uno puede convertirse en Ron Jeremy en cualquier momento.
