Dejémonos de cuentos

¿Cuándo fue la última vez que deseaste algo con todo tu ser? Siendo honesta, yo tenía un rato como espectadora de mi vida. Ya llevaba un rato viendo cómo ocurrían las cosas, sin hacer mucho por cambiarlas. Finalmente resultaba cómodo el lugar en el que estaba parada. ¿Alguna vez te has sentido así?
 
Por eso al principio pregunté si recordabas cuándo fue la última vez que deseaste algo con todo tu ser… justo eso es lo que te da la fuerza para ir en esa dirección y no en la que sea que la vida te lleve. Y esto aplica para todo en nuestra vida, el coche que quiero tener, el trabajo de mis sueños, la familia amorosa, la pareja extraordinaria que quiero conmigo, etc… la sexualidad no es la excepción.
En ocasiones perdemos de vista nuestros sueños y vamos dando tumbos de un lado a otro.
 
Te invito a que recuerdes cuál es tu sueño…, cómo es esa sexualidad que quieres vivir…, cómo sería vivir una vida sexual que valga la pena ser vivida, incluso contada.
Paciente tras paciente escucho decir: “es que si tan sólo me atreviera a…”; “si yo fuera más…”; “si mi pareja me dijera…”, etc. Nos la pasamos poniendo pretexto tras pretexto, porque según nosotros así duele menos y muchos justificamos nuestro miedo a fracasar, a no ser suficientes. Nos la pasamos “intentando”, pero nunca haciendo. Cuando realmente estamos comprometidos con hacer algo, lo hacemos y punto. Tal vez la primera vez no salga como yo espero y/o me gustaría. Tal vez la segunda tampoco, pero –eventualmente- si no quito el dedo del renglón voy a alcanzar mi meta… cualquiera que ésta sea. Esto aplica para todo: tener una pareja, ser más arriesgado(a) en la cama, experimentar sexualmente, probar cosas nuevas –sexualmente hablando–, ser cariñoso(a), demostrar mi amor, mejorar mi desempeño sexual, entregarme realmente con alguien, etc.
Y ya sé lo que muchos de ustedes han de estar pensando… “suena increíble, pero muero de miedo”. Es cierto, por supuesto que da miedo, pero la única forma de lograr eso, lo que sea que quieras, es justo abrazando tu miedo y atreviéndote a ir más allá. El miedo no se va a ir. Hoy, alguien me dijo: “valiente no es aquel que no tiene miedo, sino aquel que a pesar de sentirlo, decide seguir y alcanzar su sueño, cualquiera que este sea“.
Te invito a arriesgarte y a creer en tu sueño. Ponle nombre: tener un orgasmo, ser un gran amante, desinhibirme en la cama, ser atrevido(a), etc. No importa cuántas veces “te equivoques” y/o te caigas, ¡no te des por vencido(a)! Algún día llegarás. Es tú decisión.