Buscándole chichis a las culebras

Confesiones de una sexóloga

La respuesta inmediata es no; aunque claro –seguramente- en lo más profundo de nuestra psique debe haber alguna razón (muy oculta), pero…para fines prácticos no importa.

Lo relevante es que eso -lo que sea que te guste-, te prenda y te haga sentir bien, lo demás es lo de menos.

Yo creo que -en cuanto a prácticas sexuales se refiere- todo se vale, siempre y cuando el, lo, las, les que estén involucrados estén de acuerdo y sean mayores de edad. Sé que esto le hace ruido a más de uno(a), pero yo estoy convencida que mientras no dañes ni te dañes, no hay delito qué perseguir.

Regresando a lo del origen, entiendo el para qué de la pregunta, pero en realidad si yo te dijera el origen del gusto por tu práctica X; ésta no te dejaría de gustar. Entonces, para qué buscarle chichis a las culebras.

Los seres humanos somos curiosos.

Y sí, puede ser, los seres humanos somos curiosos. Por ejemplo, ahorita estoy leyendo un libro de sado-masoquismo y este autor, lo que dice es que pareciera que a través de nuestra sexualidad sublimamos el dolor -particularmente en la práctica sado-masoquista-. En el 80% de sus entrevistados, coincidía que todos, ya sea en la infancia o en la adolescencia, sufrieron grandes padecimientos/dolores/traumas físicos y es como si, a través de esta práctica pudieran sublimar tanto sufrimiento físico… convirtiendo su evento más doloroso, en el más placentero.

Si lo pensamos, tal vez no es tan descabellado, de hecho si lo analizamos detenidamente… ¡es una maravilla! Qué gran forma de superar e integrar algo tan doloroso. Nuestro cuerpo, en su eterna sabiduría, logra que convirtamos algo sumamente doloroso en algo MUY placentero. ¿No les encanta esta visión? Es un gran ajuste creativo de nuestro organismo.

No sé si estoy 100% de acuerdo, pero -definitivamente- me parece un enfoque interesante. Creo que ojalá fuera tan fácil y sublimáramos, a través del placer, todo lo que nos ha hecho daño y/o lastimado profundamente. Y aunque, en algunos casos, seguramente sí sea así, creo que hay muchos otros donde descubrir "el origen" de nuestros gustos sexuales se torna un poco más complejo.

Al final, como siempre, se trata de disfrutar y de aceptarnos con toooodos nuestros gustos -unos raritos y otros no tanto-… finalmente, eso nos da el toque único y particular que cada uno de nosotros tenemos. Que aburrido sería si fuéramos todos iguales y nos gustara lo mismo, ¿no crees?

Y tú, ¿ya sabes qué gustito sexual te vuelve único e irrepetible? Sino lo sabes, échale una pensada o pregúntale a tu pareja… será divertido saber qué te vuelve diferente del resto de la gente.