5 MKX, ITALIA

Caprichos sexuales

“Mi parte es sin duda la más personal del trabajo del Club, porque siempre se trata de mí y porque tengo, como usted sabe, una regla: que todo sea simétrico. Si me quito la máscara…, un segundo…, si me quito la máscara puede usted ver que las cirugías reconstructivas ya no podrán hacer mucho más. Son veinte años de punciones, rasgaduras, etcétera, que están dispersas en el resto de mis modelos y colaboradoras pero concentradas aquí. Cada penetración es una herida; cada orgasmo, otra. Y de vez en cuando, para darle emoción, uso un picahielo oxidado, o una jeringa que tal vez es de un drogadicto con VIH…

“Si me permite una vanidad, mi trabajo no se parece al de nadie. David Nebreda es esquizofrénico, Orlan no tiene dirección y…, bueno, Michael Jackson, además de no tener ninguna teoría, ni propuesta, no veía sus operaciones como un fin sino como un medio. ¿No? Quería convertirse en Diana Ross, en Liz Taylor. Para mí los cortes sí son un fin en sí mismo.

“¿Por qué? ¿Qué clase de pregunta es esa?

“A ver, dígame: ¿qué lo excita? ¿Lo sabe?

“¿Y a usted le agrada explicar eso que le gusta, que le fascina, sin que nadie lo entienda?”

Las entrevistas para el presente artículo fueron obtenidas sólo después de la firma de un riguroso contrato de confidencialidad. Y no fue posible obtener una copia del Pacto de Joevanna, al que se alude –según declararon los Seis–en el discreto logotipo del Club: la silueta del hueso pélvico de una mujer.