Eran alrededor de las 9:15 cuando Jerry Only, Dez Cadena y Eric “Chupacabra” Arce subieron al escenario. Iniciaron con “The Devil’s Rain”, y desde ese primer segundo el público no paró de vibrar con la música de la legendaria banda.
Toda la primera parte del show estuvo integrada por temas de su más reciente disco, lanzado en el 2011. Esta situación provocó que los fans no pararan de saltar y cantar.
La ya clásica “Scream!” fue la única canción de esta primera parte del show que no formaba parte del album “The devil’s rain”; al comenzar a sonar, el suelo del auditorio Black Berry tembló. El público la cantó al unísono y recordó el álbum “Famous monsters”, lanzado hace ya unos años.
Con “Jack the Ripper” se cerró la primera parte del show.
En la segunda, los Misfits interpretaron canciones de discos anteriores. “Nike a go go” fue la única que tocaron de la era de Glenn Danzing y del álbum de culto “Walk among us”, lo cual dejó muy claro que el sonido punk rock que en un inicio tuvo la banda quedó atrás.
“American Psycho” fue de los más destacados de la noche, desató un intenso y frenético slam que provocó que el calor subiera en el recinto para demostrar que los Misfits se sienten más que cómodos tocando en tierras mexicanas y que, después de más de 30 años, siguen teniendo una base más que sólida e incondicional de fans en nuestro país.
A pesar de los constantes cambios de alineación, la banda fundada en New Jersey no pierde el cariño y la entrega de los mexicanos.
La noche continuaba y los Misfits no paraban ni siquiera para darse un respiro. Con el bloque integrado por “Ghost of Frankestein”, “Death ray” y “The Monkey’s paw” terminaron con las canciones de su más reciente disco.
El momento “romántico” de la noche llegó con “Saturday night”, donde si no se prestaba atención a la letra parecía que del escenario salía una balada rockabilly de principio de los sesenta, gracias a la impecable voz de Jerry One. Al terminar, de inmediato se recuperó la intensidad: “We’re 138” comenzó a sonar y con esto los Misfits decidieron dejar el escenario.
Pero el público no estaba listo para permitir que sus ídolos dejaran el escenario.
El encore estuvo compuesto por “Descending angel”, y en ese momento hicieron una pausa para recordar a todas las personas que alguna vez estuvieron con ellos y que ahora ya no están. Fue cuando parecía que la noche ya no daba para más que dedicaron a los fans mexicanos un cóver de Black Flag.
“Hybrid Moments” preparó al público para cerrar la noche con “Die, die, my Darling” donde la entrega, tanto de parte de la banda, como de todos los asistentes, fue total e hizo temblar con saltos, y por última vez, al Auditorio BlackBerry.
Después de casi 40 canciones y hora y media de show quedó claro que –a pesar del paso del tiempo, de los constantes cambios de sonido y de alineación– los Misfits de Jerry One siguen siendo una banda consolidada, con un gran peso y una base incondicional de fans alrededor del mundo. Y nuestro país no es la excepción.