La presentación de Flume fue literalmente una locura. Para empezar el escenario estaba llenísimo, moverse entre la multitud era cosa de valientes porque te aseguraba un montón de empujones y hasta chorros de cerveza.
El público se prendió muchísimo y fue la preparación perfecta para el show más grande de la noche, Disclosure. ¿Qué hubo? De todo, y en exceso: alcohol, cigarros, luces de todos colores, beats eléctricos que sacudían el cuerpo de la gente, aplausos y gritos. En varios lugares hubo uno que otro flasheo, que sirvió para intensificar la euforia del momento.
Este DJ australiano era uno de los más esperados y el público lo demostró con la fiesta que armó. La emoción aumentó con las canciones más populares: “Never Be Like You”, “Skin LP” (rola que fue acompañada por un diseño gráfico increíble que mareaba a cualquiera, sin importar cuánto alcohol tuviera en la sangre) y el remix de “Tennis Court”.