El 6 de julio se “conmemora” el Día del Beso Robado, esos que quizá en algún momento te han dado, pero que nunca los viste venir, que te toman por sorpresa, sin esperarlos.

¿Cuál es su historia? Todo comenzó en el Reino Unido. No es fecha oficial estipulada por la ONU, pero por algún motivo se ha extendido hasta nuestros días y hasta estos lares. Cuenta la leyenda que esto se originó en el siglo XIX, lo instauró el rey para conmemorar su primer beso de amor, robado por una campesina a los 12 años.

Un beso robado no siempre es esperado. De hecho, podría ser incluso considerado como un gesto de acoso.

«Un beso es parte de la intimidad de la persona. Cualquier acción que incluya tu cuerpo y tu intimidad tiene que ser consensuada. No puede ser que alguien llegue a plantarte un beso, pues nadie tiene derecho a tocarte sin tu consentimiento», nos dijo Lucero Jiménez, la coordinadora del Programa Equidad y Género del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

Pero el beso robado también tiene un lado aceptable. «Sólo se vale entre quienes se dan permiso de dar un beso. Cuando se roba un beso a quien previamente lo autorizó puede ser un juego que no hay por qué limitar», opinó el director del Instituto Oikos, Juan Carlos Hernández Meijueiro. Eso sí, advierte que hacerlo por la fuerza, no es válido ni entre conocidos.

El Día del Beso Robado, algunos lo celebran robando besos. Suena divertido, pero riesgoso. ¿Tú lo celebras.?