Corría el fin de los “alocados” años noventa y todos, absolutamente todos, querían tener un Tamagotchi. Sí, incluso antes de que los pokemones se convirtieran en los dueños de nuestras quincenas, estas mascotas virtuales (que también son japonesas) invadieron nuestros infantiles bolsillos.

Todavía en los años 2000, estos huevitos se mantuvieron en los primeros lugares de popularidad por sus nuevos modelos, avances tecnológicos y toda la mercancía que originaron. Pero 20 años después de su lanzamiento, ¡están de vuelta! (como todo lo de los años 90): Bandai anunció que relanzará los modelos originales de Tamagotchi (aunque lamentablemente sólo se venderán en Japón).

https://www.youtube.com/watch?v=YV_24hXdbOU

¿Será el inicio de una nueva fiebre por estas mascotas virtuales? Mientras vemos si eso pasa, recordemos algunos osos que todos los que tuvimos un Tamagotchi hicimos alguna vez (kudos si de plano tú los hiciste TODOS):

  1. Te deprimiste (en serio) cuando tu mascota se “murió” (en realidad “se regresaba a su planeta”). Ni Remi te llegó a causar tanta tristeza.

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2. Y después, corriste llorando con tu mamá para que te explicara, por primera vez, el significado de la vida y la muerte… y quedaste más confundido/a.

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3. Y lo peor: investigaste en internet (usando uno de tus muchos discos-frisbee de AOL) dónde había un “cementerio” para poder darle “cristiana sepultura” a tu Tamagotchi (no es broma: sí existieron estos “cementerios” y hasta te daban un pequeño ataúd para que los pusieras ahí).

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4. Competías con tus amigos para ver quién mantenía vivo a su Tamagotchi por más tiempo.

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5. Te distraías en las clases porque toda tu atención estaba en las cosas que necesitaba tu mascota virtual (hoy haces lo mismo en el trabajo pero con tus nuevas “mascotas” virtuales: tus “amigos” del “guasap”, “feis”, “tuirer” y demás…).

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6. Le juraste y perjuraste a tus papás que no les ibas a pedir nunca ninguna otra cosa en la vida si te compraban un Tamagotchi (lo mismo les diijste cuando les pediste un Caballero del Zodiaco o un Furby… o el carro que todavía traes).

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7. Ante la negativa de tus papás de comprártelo, conseguías un Tamagotchi pirata de los del tianguis para no quedarte atrás (y de paso, usabas tus domingos para comprarle más juegos a tu “polystation”).

Tamagotchi falso

foto: tamagotchi.wikia.com

8. Te robabas las pilas de los relojes de tus papás para mantener más tiempo con vida a tu mascota.

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9. Dejaste de bañar y de darle de comer a tu mascota real (perro o gato) con tal de atender a tu Tamagotchi.

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10. Te obsesionaste por tener llenos todos sus medidores de necesidades en todo momento y fue ahí donde descubriste que ibas a desarrollar TOC de grande…

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11. … por eso jamás entendiste por qué se “moría” tu Tamagotchi si todo el tiempo lo atendías como rey.

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12. Conseguiste (porque seguro eras niño/a rico/a, o se los pedías a todos tus tíos sin que se dieran cuenta, o te traían tanto los “santorreyes” como “Santa”) TODOS los modelos de Tamagotchi y luego te volviste loco/a porque no tenías tiempo de atenderlos a todos por igual (aunque tu vida era básicamente puro dormir, comer, ir al baño, estudiar y jugar).

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13. Te colgaste en el cuello tu Tamagotchi junto con tus chupones y tus trolls.

Troll

foto: Shutterstock

14. Le dejaste de hablar a tu primo por años después de que tuviste la “gran idea” de prestárselo un ratito, porque lo descuidó y lo “mató”.

Tamagotchi

foto: Shutterstock

15. Dejabas de querer a tu Tamagotchi sólo porque cuando crecía dejaba de “estar bonito”.

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16. Cuando entendiste que podías reiniciar el juego con otro Tamagotchi todas las veces que quisieras (siempre y cuando le quedara pila), descuidaste adrede a tu mascota virtual para ver cómo engordaba y vivía rodeada de caca y moscas #LOL

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17. Te quejaste de los “chiavos” que están “enajenados” con Pokémon Go y luego te acordaste de que tú estabas igual (o peor) con tu Tamagotchi (claro que no lo aceptas en voz alta para no hacer el oso…).

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18. Acusaste a tu maestra con tu mamá porque te quitó tu Tamagotchi por andar usándolo en clase, lo guardó bajo llave y se “murió” (hoy hasta demandada saldría la pobre maestra…).

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¿Qué otros buenos recuerdos tienes con tu Tamagotchi?

Tamagotchi

foto: Bandai