Los españoles de Vetusta Morla llegaron una vez más a El Plaza Condesa, uno de “Los días raros” en que todo sale bien y en su visita armaron una “Fiesta mayor”.

La noche comenzó con la banda abridora, originaria de Cd. Juárez, que para muchos es un “Pueblito”: The Chamanas, que combina ritmos retros, como las baladas de los 60, con toques de mexicaneidad y melodías suaves. Seguramente el deseo de la banda en algún “11:11” fue hacer música y llegar a estos escenarios y lo lograron: los fronterizos estrenarán pronto su álbum debut y este fue su primer gran show en este recinto.

La banda no tiene malicia ni “Maldad”, y por momentos, se sintió que estaban nerviosos, pero al final sacaron sus “Alas de hierro” y lograron volar y ganarse al público que esperaba paciente a los españoles.

Finalmente cerca de las 9:30 Vetusta Morla dió un “Golpe maestro” y comenzó su presentación con “La deriva” e inmediatamente como “Pirómanos” musicales encendieron el “Fuego” interno de los fans, quienes no dejaron de cantar toda la noche.

“Al respirar” podía sentirse la emoción de los asistentes que casi llenaron El Plaza, y sobre todo, de la banda, pues, como “El rey sol”, no dejaron de brillar durante todo el show.

Como los “Cuarteles de invierno” en “Copenhague”, El Plaza sirvió de refugio para los presentes y, entre el calor humano y la música, escaparon por unas horas de “El hombre del saco”.

Uno de los momentos más especiales fue cuando la “Maldita dulzura” de Enrique Bunbury se hizo presente en el escenario.Aprovechando que el próximo 1 de septiembre grabará su MTV Unplugged en nuestro país, el ibérico cantó a dueto con Pichu, su delgado compatriota. Los gritos fueron ensordecedores, sin embargo, ajeno a lo que estamos acostumbrados, el ex líder de Héroes del Silencio se portó humilde y tomó su lugar de invitado con todo gusto.

Los conocidos músicos de Enrique también se dejaron ver, aunque como parte del público, bailando y disfrutando del show con naturalidad en la parte más alejada del escenario.

La banda sabe que “Lo que te hace grande” es la humildad, y cerca del final, su vocalista agradeció a todos y cada uno de los miembros del equipo tanto arriba como debajo del escenario.

La banda intentó encontrar “La cuadratura del círculo” y así lo hicieron, dieron un gran concierto y esta noche fue un buen motivo para vivir “Un día en el mundo”.

Vetusta Morla sabe que ya no necesita “Mapas” para llegar a México, y sobre todo, a los fans mexicanos: una noche más, se ganaron en el corazón del público.

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