La perfección de la ejecución se hizo presente este viernes en Cumbre Tajín. Tool fue el grupo que puso el ejemplo de cómo se utilizan las siete notas musicales sobre el escenario para hipnotizar a miles de asistentes.

Como primer aperitivo del día se mostraron los mexicanos de Vayijel para animar a la gran afluencia de espectadores que llegaron temprano al parque Takilhsukut. Por medio del rock, los originarios de San Juan Chamula, Chiapas, le dieron un nuevo sentido a la música tsotsil.

Luego de la cancelación de los californianos de Tomahawk por enfermedad, Puscifer fue el siguiente grupo en hacerse presente en el Nicho de la Música.

Mientras algunos todavía buscaban el mejor lugar para ver el show, la agrupación estadounidense Puscifer, proyecto alterno de Maynard James Keenan, mostró la representación de un entorno muy ‘sui genereis’, pues la escenografía era un remolque, un asador y el cliché de los conflictos familiares norteamericanos.

El momento cumbre de su presentación llegó cuando, con megáfono a cuestas, Maynard James dejó salir su lado más chilango con un sonoro “No mames, güey”, al tiempo que comenzó a sonar ‘Balls to the wall’.

‘Telling Ghosts’ y ‘Man Overboard’ dilataron el espectro irreverente de su música post-industrial, situación que recargó de energía a los asistentes mientras el banjo californiano interpretaba sus últimos acordes. “Gracias Tajín, somos Puscifer”, fue la frase con la que se despidieron del escenario ante un estruendoso grito de satisfacción.

El momento de apreciar a Primus había llegado. Aquella banda que fue una de las culpables de revolucionar el rock noventerodejó en claro que un bajo, una guitarra y batería siguen siendo suficientes para provocar una explosión de sensaciones. El sonido que salió del bajo de Les Claypool fue exacto y preciso, apelando a la sencillez cuando había que motivar el instinto más humano desde el tórax de los presentes para posteriormente estremecer con slides y progresiones maestras.

Reid Laurence ‘Larry’ LaLonde no se quedó atrás y derritió la mente del público con sus psicodélicos solos de guitarra, mismos que evocaron la sensación de las seis cuerdas recorriendo las yemas de los dedos del público.

Con un par de astronautas inflables como guardaespaldas, la presentación de Primus estuvo enriquecida por la tarola implacable de Tim Alexander, quien rompió los esquemas de cualquier metrónomo convencional.

Tool tomó las riendas del show y se volvió a presentar en tierras mexicanas luego de su exitoso concierto en el Palacio de los Deportes.

Ante la sincronización de miles de manos en el aire con la cadencia del bombo, ‘Third Eye’ provocó la locura entre el ‘mateo’ incesante en el Nicho de la Música. Las progresiones no cesaron ante la sed musical de sus fanáticos, quienes vieron recompensada su espera con la virtuosa interpretación de ‘Vicarious’.

Maynard James Keenan se mantuvo en la tiniebla, lejos de los reflectores, mientras Adam Jones y Justin Chancellor iniciaban una intensa guerraprogresivaque tomó como víctima al público alienado con lo que sucedía en el escenario. ‘Schism’ provocó que el monstruo negro agitara sus caballeras junto con incontables manos empuñadas hacia el cielo.

‘Pushit’, ‘Intension’, ‘Forty-six & 2’ y ‘Jambi’ también formaron parte de la ceremonia de metal progresivo que se les ofreció a los dioses.

La llegada de ‘Lateralus’ mostró una ejecución perfecta del bombo, los tombs y platillos de Danny Carey. Los ojos delineados entre la multitud agradecieron la oda metalera de la que estaban siendo parte.

Cada centímetro del recinto semicilíndrico retumbó con intensidad y las proyecciones iluminaron en techo del mismo. El juego visual se combinó para enajenar hasta el más imperturbable de los presentes.

Tool ofreció uno de los shows más espectaculares que ha experimentado Cumbre Tajín, sin duda quedará tatuado en la memoria de los mexicanos.