Las puertas de la Expo Bancomer Santa Fe se abrieron a las 7pm de este viernes 30 de septiembre; sin embargo, las mezclas de Tijs Michiel Verwest, mejor conocido como Tiësto, comenzaron a escucharse pasada la medianoche.

Durante poco más de tres horas, quien es considerado por fans y críticos como el mejor DJ del mundo, no dejó de hacer bailar al público que se trasladó hasta el poniente de la ciudad y esperó durante 5 horas la llegada de Tiësto al escenario.

Durante esta noche épica, como él mismo la llamó, el DJ interpretó los temas que bailaron los más de 35 mil asistentes.

¿Quieren ver cómo inició el concierto? Clic en el video.

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Aquí los más chido y lo más chafa del evento.

LO CHIDO

Aunque algunas personas se quejaron de que les pareció un poco exagerada la seguridad –pasar frente a una cámara que videogrababa el rostro y mostrar la identificación oficial–, la medida fue buena para mantener seguros a los asistentes.

Los DJ encargados de abrir la presentación: el estadounidense Porter Robinson y el mexicano Karlos Elizondo, quienes hicieron mover las miles y miles de minifaldas que, junto a la música, fueron el deleite de todos los caballeros del lugar.

Con esta presentación, Tiësto demostró que sigue disfrutando la vida nocturna y el efecto que provoca su música en sus seguidores, y que quedaron a un lado sus ideas de tomarse un descanso.

El estrenó de Paradise, un remix que realizó para Coldplay, hace un mesanunció en Facebook que colaboraría con la banda.

Las pantallas LED que durante toda la noche no dejaron de brillar, las luces robóticas que se prendían y apagaban al ritmo de los beats, y el sonido que se escuchó perfectamente hasta en la esquina más oscura de la expo Bancomer.

A diferencia de otros eventos, los precios fueron totalmente accesibles para el público: agua, cerveza y jugo $40, bebidas energéticas $50 y el guardarropa $10.

LO CHAFA

Por lo que vimos, algunos de los policías que custodiaban el evento intentaron “hacer su agosto” pidiéndole al público entre $200 y $500 para dejarlos pasar sin necesidad de hacer fila.

Los viene-viene cobraban de $50 a $150 por estacionarte, dependiendo del tamaño del automóvil y la cercanía a las puertas.