Scorsese lo advierte desde el inicio de este rockumentary: esta película
debe de escucharse a todo volumen.

Y no es una sugerencia, es una obligación artística que trastoca en
varios niveles: no importa que no conozcas a The Band… porque terminarás enamorándote
de su rock, sus blues y sus melodías.

Y la culpa es del director, quien planeo de manera casi matemática la
iluminación y movimientos de la cámara EN CADA CANCIÓN. Cada track del
concierto posee su propia vida, es un organismo que se transforma con las
letras y la armonía.

Para convertir esta cinta en una joya, Scorsese se apoya en invitados de
la talla de Eric Clapton, Neil Diamond, Bob Dylan, Van Morrison, Ringo Starr,
Muddy Waters y Neil Young.