Gritos en coro de ‘Súbanle, súbanle’, chiflidos, olor a marihuana y espacios vacíos sobre la plancha del Zócalo; arriba del escenario, la Orquesta Filarmónica y Bostich+Fussible en el cierre del Festival del Centro Histórico.

Era la última jornada de la edición 30 y Nortec con la Filarmónica era una combinación seductora que no muchos comprendieron o dimensionaron cuando escucharon la frase ‘concierto gratis en el Zócalo’.

Esa mezcla entre la incomprensión y problemas con el sistema de sonido, le robó el adjetivo de ‘ensueño’ al cierre del festival que durante las últimas dos semanas presentó una oferta cultural internacional inigualable.

Norteña del Sur, Tijuana Bass, Boulevard 2000, Tijuana Makes me Happy y la banda que le cayó a la plancha seguía quejándose porque no se escuchaba bien, sobre todo en la parte de atrás. Se sacaron de onda porqueDzambo Agusevi había mostrado su poder con su música balcánica y en cambio Nortec no daba de sí.

Muchos decidieron irse, algunos por el mal sonido y otros porque no encontraron el ‘punchis’ al que Bostich+Fussible los tienen acostumbrados.Sonó The Clap, Polaris y así pasó una hora.

Llegó el momento de la despedida en voz del director de la OrquestaJosé Areán, y la gente pidió que Nortec entrara por fin en acción.

Veinte minutos extra de canciones totalmente electrónicas fueron las que compensaron la desesperación de toda la gente que se quedó hasta el final y que por fin pudo cumplir su sueño de brincar.