¿Una película sobre la (casi) desintegración de una banda? ¡Claro! Por qué a nadie se le había ocurrido. ¿Y qué tal que no es cualquier banda, sino una de las más odiadas y amadas del mundo? Empieza con la banda (Metallica) corriendo al bajista “fan” y después, los egos hablando. Bla bla bla bla

El resultado: un frenesí de emociones. Los odias (sobre todo a Lars, hijo de su gran capitalista e interesada madre; pero tampoco se salva Bob Rock, lelo wannabe), los amas (a Kirk Hammet, porque no se mete en problemas) y los juzgas (a James Hetfield, que muy a su modo es terriblemente odioso).

Al final, es como meterte en medio de una pelea familiar, nomás a ver como se dan de guamazos. Aún cuando no te guste la banda, esta cinta es única en su género y debe ser vista, como experimento antropológico.