¿No sabes qué comprar este verano? ¿Las
recomendaciones de Pitchfork se te hacen incomprensibles? No te
preocupes, aquí te presentamos tres reseñas de discos recién
salidos que ya puedes encontrar en tiendas chilangas. Perfectos para
regalo de cumpleaños, para apantallar a la banda, para ser disfrutados y
algunos también para evitarse a toda costa.

The Gaslight
Anthem

American Slang

SideOneDummy, 2010

****

Vivimos en la era del
re-make. Cine ("Karate Kid", "La Brigada A"), moda (según entiendo, lo
ochentero está "in") y también música, en especial el rock. Todo,
obviamente, desde la perspectiva estadounidense, que es la que -quiéralo
uno o no- permea lo que el resto del mundo hace.

Así como el Sam’s Town de The
Killers [2006], American Slang es un disco donde el Bruce Springsteen de los
trabajadores, aquel que hablaba de la decepción, de la guerra, de
Estados Unidos como un lugar que ya no es lo que era, se asoma en cada
coro.

No es coincidencia que
este cuarteto sea originario de New Brunswick, uno de los ventrículos
del corazón de New Jersey, hogar del "Boss" Springsteen. Incluso el tono
de Brian Fallon, el vocalista, tiene ese sonido rasposo de escape de
coche fabricado por la General Motors, o de fumador de cigarros sin
filtro.
De igual forma los batacazos de Benny Horowitz y los acordes
de Alex Rosamilia: estamos ante un disco de añoranza. Lo irónico del
tema es que parece ser que The Gaslight Anthem añora otra época, una en
la que los cantantes también añoraban otra anterior. Es decir, la
añoranza de la añoranza.

No
obstante, a pesar de que el disco navega la delgada línea entre homenaje
y plagio, el material es increíblemente bueno. Para los que no
conocen a Springsteen es la forma perfecta de acercarse. Y para los
nostálgicos, una buena oportunidad de desempolvar los Levi’s 501 y el
paliacate rojo.

No por nada
son el grupo del que más se habla en Estados Unidos este verano.

Disponible en la tienda en línea de la
manzanita por 120 pesos.

"American Slang", sencillo homónimo del
disco:

M.I.A.

Maya

Interscope, 2010

**

¿Qué esperar de un disco cuya realizadora
define como "esquizofrénico" y cuyo contenido es una crítica a la
política de la información?

Algo
muy desconcertante, sin duda. Maya -nombre verdadero de M.I.A.-
abre con "The Message", el preámbulo a la locura: los tecleos de la
introducción (entiéndase, el gugulazo) rápidamente se convierten en
repetitivos balazos y sirenas. La información es un arma, nos quiere
decir M.I.A.

Luego la brutalidad:
taladros y sierras, casi una tortura en tus audífonos
("Steppin’
Up"). Y después el pandemonio de resultados mixtos.

En sus mejores momentos, el tercer disco de
esta MC de Sri Lanka ("It Takes a Muscle", "Space" y la excelente
"Believer" con Blaqstarr, que aparece sólo en la edición extendida) nos
presenta algo que se asemeja a electrónica/trip-hop/drum n’ bass, y cuyo
beat genera una tranquilidad e intensidad simultánea: belleza
pura.

Sin embargo, estos parecen
ser sólo destellos en un álbum exageradamente conceptual, donde el ruido
engulle a la melodía
, y el mensaje sofoca al medio. Maya es
un material que se colapsa bajo su propio peso. Es claro que la
extravagante M.I.A. algo nos quiere decir, pero cuando necesitas
recurrir a un interprete para entender la crítica, hay algo mal.

Sí, podrá argumentarse que lo conceptual
puede convertirse en arte. Pero un concepto por sí solo a veces no
significa nada.

Baja: "Believer", "It Takes a Muscle" y "Space".

Observa: "Born Free", primer
sencillo, que youtube se negó a subir por su contenido.

M.I.A, Born Free from ROMAIN-GAVRAS on Vimeo.

School of Seven
Bells

Disconnect From Desire

Vagrant Records, 2010

*****

El segundo material de este
trío indie niuyorquino es un serio candidato a la lista de los
mejores discos del año. Al igual que muchos otros discos de estos
tiempos, su estilo no permite una categorización. Simplemente digamos
que tiene roces con el pop, con el shoegaze e incluso con el ambient.
En castellano: si lo escuchas todo de corrido entrarás en un trance
de los buenos.
Las armonías de las hermanas Deheza se complementan
perfecto con el multi-instrumentalismo de Benjamin Curtis (aquel que
estaba detrás del ya difunto Secret Machines, otro gran grupo).

"Camarilla" utiliza sintetizadores que te
recuerdan a la banda sonora de los niveles industriales de Donkey Kong
Country de Super Nintendo. ¿Demasiado obscura la referencia? Piensa en
música con la que saltarías barriles y esquivarías enemigos.

"Heart is Strange" recuerda a los
Eurythmics en su etapa de "Sweet Dreams". Y "Windstorm", el track con
el que inicia el disco, podría ser la Coca-Cola para la Pepsi de
Passion Pit.

No hay mucho más
que decir. Cómpralo, bájalo, escúchalo y sonríe. Nada como un buen
disco para evocar los sentimientos más primarios del ser humano.

$120 con los de la manzanita.

Escucha "Windstorm" y enamórate
al instante de esta banda.

https://www.youtube.com/watch?v=DF6PQFL8Hfo