Todo bajista o amante del rock progresivo que se respeta sabe una cosa: si existe la oportunidad de ver a Primus Un poco pasadas las nueve de la noche, la banda salió al escenario con “Those damned blue-collar tweekers”, que logró despertar la emoción total del público en cuestión de segundos.

Al cabo de unas cuantas canciones algo nos quedó muy claro: a pesar de que muchos fans dicen que Primus es Les Claypool y nada más, es una gran mentira. Es indiscutible que Jay Lane y Larry LaLonde no sólo “acompañan” al legendario bajista; la música está perfectamente arreglada y ecualizada para que cada integrante tenga la oportunidad de demostrar su “talento”, palabra que se queda corta para describir su manera tan enferma de tocar.

La banda tocó temas entre los que se encontraron “Lee Van Cleef” y “The Heckler”. Todo iba bien hasta que llegó “Is it luck?”, que fue interrumpida por un“Creo que a alguien no le gusta esta canción” de Les Claypool. Explicó que alguien le habíá aventado una cerveza. La banda no terminó la canción y se retiró unos minutos. Regresaron al escenario con “Over the Electric Grapevine”.

El concierto fue interrumpido por un tedioso intermedio de casi media hora en el que la pantalla del Auditorio transmitió capítulos de Popeye. En pocos minutos se hizo evidente el desconcierto de la gente. Unos esperaron pacientemente viendo caricaturas, muchos se quejaron, y otros, de plano, se fueron. Fue una lástima, pues estaba por comenzar la mejor parte.

Primus regresó al escenario con “Dirty Drowning Man”, y, a pesar de que ya había mucha psicodelia desde la primera parte del show, en esta segunda aumentó. Tocaron “American Life”, “Eleven”, “Wynona’s Big Brown Beaver”, que fue una de las favoritas, y después de un rato salió del escenario con “Harold of the Rocks”.Para el encore, la banda se despidió con “My name is mud”, que definitivamente fue de susy mayores éxitos de la noche.

Para los fans fue un gran concierto, ya que tocaron canciones de todos los discos, a pesar de que, por obvias razones, predominó material de Green Naugahyde. ¿Que si faltaron canciones? Obviamente. Extrañamos algunas como “Jenny was a race car driver” y “Hennepin Crawler”. Sin embargo, desde que se anunció el concierto advirtieron que los tres shows serían completamente diferentes, así que realmente no podemos quejarnos.

No hace falta ser fan from hell de Primus para disfrutar el show; tan solo con tener buen oído para el rock progresivo y experimental es suficiente. Entre canciones e imporvisaciones la banda dejó muy claro por qué ha conseguido el lugar tan alto que ocupa en el rock progresivo. Definitivamente es un show