Hace 20 años bajo un contexto social difícil, y con la escena musical un tanto predecible, Molotov marcó un parteaguas con su primer disco “¿Dónde jugarán las niñas?”, un material irreverente en todos los aspectos, con una de las portadas más emblemáticas en la historia de la música mexicana, pero, ¿A quién se le ocurrió semejante idea?

Víctor “Pico” Covarrubias es fundador de Pico ADW, su agencia, lleva más de 20 años operando, además de ser el genio detrás de la emblemática portada.

¿Recuerdas cómo se dieron las cosas para trabajar en el disco debut de la banda?

«Estuvo muy chistoso, en ese momento yo trabajaba muy de cerca con Arturo López Gavito, hacía su servicio de diseño en BMG y cuando él cambia a Universal ya éramos una muy buena mancuerna. Gavito tenía muy buen ojo y firmó a dos artistas que prometían mucho en ese momento, Moenia y Molotov, me tocó la suerte de que me pidieran la portada».

«Originalmente la que yo presenté (de las multiportadas que vienen dentro del disco), era la que tiene la tela de faldita de secundaria con las letras en lounge que decía Molotov. Era atrevida, hacía referencia a las niñas de secundaria, aunque daba la impresión que nosotros mismos nos estábamos censurando».

«Recuerdo muy bien que estaba Enrique Fernández y Gustavo Santaolalla, antes de que Gustavo fuera el rockstar que es hoy, los dos me atraparon en un pasillo en Universal y me dijeron “Güey, si tú ves el disco ¿crees que se ve como se oye?”, y no, la música era más atrevida, sí estaba muy fresa el asunto, y me dijeron que hiciera algo para arreglarlo».

¿Y qué hiciste?

«Antes que diseñador me he asumido como un comunicador y esa charla fue importante, el problema era que el disco se iba meter a producción tres días después, entonces me fui a mi casa, y le hablé a una amiga de la escuela y le dije “necesito que me ayudes a hacer una portada, dame tus medidas porque voy a comprar un uniforme y te voy a tomar unas fotos”, y le hablé a otro amigo que es un gran fotógrafo, Raúl Gonzales, le dije que había que hacer unas fotos en “fa”; es en mi coche, en mi garage y con una amiga, nos va a quedar pocamadre».

«Y sí, aunque es chistoso porque los calzones son enormes, porque si no no salían en la foto, tuvimos que editarla, y tomamos como 15 fotos, Raúl se fue, mandé a revelarlas, había que escoger la mejor, montarlas, y armé una portada nueva dos días después de mi plática, y la verdad a todos les encantó».

Después de tanto trabajo, tuvieron que enfrentar la censura, ¿Qué pasó ahí?

«Cuando llegó a las tiendas, había unas que preferían no exhibirlo, recuerdo perfecto que Sanborns sí los tenía pero atrás, escondidos. Habían otras tiendas que lo censuraron y no lo vendieron; fue un exitazo, cuando dijeron “no lo vamos a vender porque atenta contra los valores de no sé qué”, fue el pretexto perfecto para que la compañía y el grupo saliera a la calle a vender el disco con pancartas, nadie se imaginó que esa iba a ser la campaña de promoción del disco, la censura le dio un valor genuino a lo que quería decir Molotov».

Hay muchos mitos alrededor de la modelo de la portada, ¿es cierto que sí iba en la secundaria?

«Para nada, era mi compañera de universidad, ella es anónima, nunca quiso decir quién era, le parecía muy atrevido, y le daba oso con sus papás, no quería que se enteraran que eran sus piernas y sus calzones, e hicimos un trato de no decirle a nadie, y a la fecha nadie sabe quién es, ni su marido ni sus hijos, sólo ella y yo sabemos qué onda».

En retrospectiva, ¿Qué sientes al ver que tu chamba fue un éxito?

«Fue una de mis mejores portadas, de la que más orgulloso me siento, aunque algunas han estado nominadas a premios y han ganado grammys. Por el momento en que se dio fue espectacular, tuve mucha fortuna por haber estado en el momento indicado con las personas indicadas, y esto me abrió muchas puertas, años después el presidente de equis partido o el empresario número tres de este país te dicen “¿güey, a poco tú hiciste la portada de Molotov?”».