Debo confesar –con cierto remordimiento- que cuando llegué al Palacio de los Deportes esperaba ser testigo de una presentación promedio a cargo de una banda regular. Ahora, después de un show de casi hora y media a cargo de Paramore me da mucho gusto decir que los juzgué mal. Confieso que disfruto mucho cuando eso sucede, que una banda me haga cambiar de opinión sobre ellos en vivo, siempre resulta fascinante.

La verdad es que la banda liderada por Hayley Williams es una explosión de energía, pasión y, sobre todo, entrega a su público. No hubo momento alguno en que Paramore marcara la línea divisora entre ellos y sus fans. No fue un concierto en que los fans admiran a sus ídolos, fue una fiesta entre iguales. Pero, empecemos por el principio.

Twenty One Pilots fueron los encargados de abrir el concierto y lo hicieron exageradamente bien. Tuvieron el gran desafío de tocar frente a un Palacio de los Deportes a reventar y lograron superar el reto ofreciendo un gran show. El público estuvo de su lado desde el principio. Todos cantaban, brincaban y disfrutaban. Honestamente no recuerdo otro concierto en que la banda abridora fuera tan bien recibida, por momentos parecía que la noche era suya.

Las luces del Palacio se prendieron para dar oportunidad a que los más de 18 mil fans tomaran un respiro y se prepararan para el acto principal de la noche. Tras un breve receso, las luces se apagaron y apareció Hayley Williams, con una bandera mexicana en sus brazos, interpretando ‘Moving On’. Al mismo instante en que las luces enfocaron a la frontwoman, el Palacio explotó en gritos.

‘Misery Business’ , tema que se desprende del álbum Riot! Lanzado en 2007, fue la segunda rola de la noche y el primer hit del setlist. Paramore empezó con todo. Desbordaron energía, con un gran dominio del escenario y una gran entrega. Hayley Williams, Jeremy Davis y Taylor York saben exactamente lo que hacen, tienen todo perfectamente calculado y su presentación no tiene lugar para errores.

‘Hola, México. ¿Cómo están?’ fueron las palabras pronunciadas por Williams para saludar a sus fans, que en ningún momento dejaron de gritar. Tras prometer que esa noche sería inolvidable, tocaron “Now” , “Renegade” y “Pressure” para demostrar que no son sólo una banda más en la escena musical.

Probablemente aquella mujer que formó una banda y debutó con el álbum All We Know Is Falling en 2005 jamás imaginó que pasaría de presentarse ante un público de 50 personas a llenar arenas alrededor del mundo con más de 18 mil seguidores dispuestos a dejarlo todo por ser parte de la experiencia.

Y es que la entrega de los fans mexicanos fue abrumadora. De esas veces que hasta la piel se te pone ‘chinita’ de ver cómo todo el Palacio de los Deportes y, recalco, TODO el Palacio de los Deportes brincaba y cantaba las canciones de Paramore, todas y cada una de ellas.

Sin duda el gran momento de la noche fue cuando Williams decidió subir al escenario a un grupo de fans para que, junto a ella, cantaran con todas sus fuerzas. Los afortunados de la noche subieron, corrieron, cantaron y, por supuesto, tomaron fotos a más no poder. El cariño que demostraron hacia los integrantes de la banda fue realmente conmovedor.

Still Into You’ cerró la primera parte del show y al momento del encore, todos querían más. Tras unos minutos de aplausos y gritos, Paramore regresó al escenario y Williams dijo, sorprendida: ‘Ustedes son realmente ruidosos. ¿Qué les parece si tocamos dos más?” Por supuesto la respuesta fue un enérgico ¡Sí!.

‘Proof’ y ‘Brick by Boring Brick’ fueron las últimas canciones del setlist. Sin duda, todos los asistentes salimos complacidos por la calidad de una banda que sabe perfectamente el lugar que ocupa, se muestra firme y segura en el escenario, no olvida sus raíces y es totalmente devota a sus fans. Esperemos que esta vez no pasen otros 5 años para tener a Paramore en México.