OCESA

Por: Omar Luna

El sol no pudo más, el ocaso en el DF llegó con los primeros batucazos de Holy Ghost. Ante la premisa de que el frío se elude con movimiento, pusieron a bailar a todos los chilangos con su delicioso electro pop.

Y lo ineludible sucedió... No sólo de cervezas kamikazes, las precipitaciones comenzaron a la mitad de la presentación de Holy Ghost. Sin llegar a ser insoportable, la lluvia provocó que aparecieran los impermeables de diversos colores, algunos más optaron por aguantar 'a lo macho'.

No faltaron los vendedores de capas que hicieron su agosto vendiéndolas en 35, cuando afuera del Metro Velódromo las podías adquirir por diez pesitos. Algunos prefirieron ahorrarse la inversión para completar el costo de su siguiente chela viendo a los oriundos de Brooklyn.

Mientras tanto, Nick Millhiser generaba fricciones entre el público para mantener la temperatura al ritmo de 'Hold on'. Los melódicos tonos de Holy Ghost dejaron de lado el amague de la lluvia.

Slaps de bajo, riffs a seis cuerdas y combinaciones de thumbs de aire le pusieron 'cuerpo' a la interpretación de los neoyorquinos. Alex Frankel gritó "Come on Mexico City" para dar el preludio de 'Bridge & Tunnel' y el escenario Doritos se transformó en una exótica pista de baile donde las sustancias y los beats de 'I will come back' provocaron los meneos más 'sui géneris'.

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