La vida es cíclica. Es regeneración. El más grande secreto de la existencia humana es lo que viene después de la muerte. ¿Habrá algo o simplemente se dejará de existir? Una conciencia menos no es síntoma de alarma, así es siempre. Somos finitos y como seres finitos, debemos entender que todo forma parte de un camino que, algún día, llegará a su fin.

Y así suele pasar, uno vive su vida como le parezca. Tiene aspiraciones de grandeza o quizá sólo quiere pasarla lo mejor posible, con una vida modesta y sin muchas complicaciones. A otros, por ejemplo, la suerte les puede llegar a pesar de contar con ambición, y convertirse en luminarias perpetuas en un paraje que constantemente se está repoblando.

El 2014, como cada año, se llevó a varios músicos que cambiaron la manera de escuchar el mundo, algunos en un mucho más amplio espectro, algunos más, lo cambiaron para determinados grupos de personas, aquí haremos un recuento de los más destacados.

Pete Seeger

Probablemente no hay nadie que haya hecho tanto por difundir y crear un mensaje social a través de la música folk como Pete Seeger. Con una trayectoria que empezó en los 30, Seeger rápidamente ganó detractores, porque a nadie le gusta que le expongan sus trapitos y menos cuando tiene tal impacto social. Por ello, incluso llegó a estar en la lista negra de McCarthy en los 60, sin embargo, también ganó amistades con grandes personalidades como Martin Luther King. Su trabajo era contestatario, intentaba crear conciencia y aunque ya no esté con nosotros, su legado es imborrable.

Jack Bruce

Cream quizá fue uno de los primeros súper-grupos —bandas con integrantes de otras ya bien conocidas— y, a pesar de que tan sólo estuvieron juntos un poco más de dos años, dejaron una huella perenne en el universo del blues, del rock, de la psicodelia y hasta del pop. Jack Bruce, junto con Eric Clapton y Ginger Baker tuvieron en Cream uno de los primeros tríos con gran proyección. Eran tiempos en donde apenas se estarían moldeando muchos de los géneros que conocemos hoy en día. Los pioneros sentarían las bases. Ellos fusionaron varios ritmos y, con ello, dejaron un amplio espectro para que las bandas venideras se inspiraran en ellos y absorbieran sus méritos.

Isaiah “Ikey” Owens

Si hay un músico que será recordado como uno de los mejores de su generación, sin duda es Jack White. Es inventivo, arriesgado y una bestia sobre el escenario. Además, es un dedicado melómano que pone mucho énfasis en el rescate de la sonofijación tradicional, es decir con estudios análogos y mediante la producción de materiales físicos como los vinilos. Un músico así, sólo se podría rodear de otros igual de virtuosos aunque menos mediáticos. El show de Jack White como solista era único y en gran parte, la magia provenía de un tecladista como Isaiah Owens —quien también participó con The Mars Volta—, quien murió en Puebla durante la gira de White en México que incluyó una memorable presentación en el Corona Capital del 2014.

https://www.youtube.com/watch?v=wytD1bEcS5Q

Robert “Throb” Young

Cuando Bobby Gillespie formó Primal Scream, la banda surgió como algo contrario a lo que hacía la banda en la que colaboraba hasta entonces: The Jesus and Mary Chain. Mientras que éstos eran más oscuros, Primal Scream salió al mundo como una alternativa upbeat, feliz y con ganas de fiestear. Guitarras jangly y coros que, con Screamadelica sentaron las bases y se consagraron como una de las bandas más representativas de la oleada británica. Robert Young colaboró con las cuerdas, el rasgueo tan característico de Primal Scream en gran parte se debe a él, sin duda una gran pérdida para la música en general.

Tommy Ramone

El punk no se entendería sin los Ramones. A pesar de que, con el tiempo se convirtieron en un ícono pop quizá más por sus playeras que por sus aportaciones musicales, los Ramones siguen siendo un bastión inamovible en cuanto a la crudeza en la música. Y sí, quizá no son tan bestiales como algunas agrupaciones que se formarían después del apogeo punk allá por el 77, pero aún con sus tonadas un poco más amigables, los Ramones demostraron que para hacer música no se necesita ser un virtuoso de los instrumentos, con los recursos necesarios —incluso precarios—, fueron capaces de incendiar un género y a toda una generación. Este año se fue el último de los Ramones. Adiós, amigos.

Johnny Winter

Cuando debutó en 1969, a Johnny Winter se le comparó con Jimi Hendrix. Sin embargo, Winter nunca alcanzó el estatus de Hendrix, no obstante, sí consiguió fraguar una exitosa carrera como uno de los grandes guitarristas de blues de la historia. Influenciado por titanes como Muddy Waters o B.B. King, Winter siempre fue una figura plenamente reconocible —en gran parte gracias al albinismo que él y su hermano padecían—, además de sus re-versiones de temas clásicos como “Johnny B. Goode” o “Highway 61 Revisited”, además de que vivió un breve amorío con la inmortal Janis Joplin. Las guitarras lloraron este año por la pérdida de Johnny.

Bobby Womack

The Bravest Man in the Universe es el título del álbum con el Womack se despidió. No podría asegurar que él lo era, pero sin duda era un hombre excepcional. Un sobreviviente de la era dorada del soul, codeándose con figuras de la talla de Aretha Franklin, James Brown o Sam Cooke. Aunque sus canciones fueron recurrentes en las tablas de popularidad durante los 60 y 70, su carrera parecía caer en el olvido en recientes años. Lo que lo catapultó de vuelta fue la participación en el Plastic Beach de Gorillaz, con las nuevas generaciones llegando a conocer el legado de uno de los más importantes exponentes del soul. Por suerte, la vida le dio para dejar un capítulo final a su excelsa carrera de iguales proporciones.

DJ Rashad

Oriundo de Chicago y con el ghettohouse inyectado en las venas, DJ Rashad emergió para darle vuelta al género conocido como footwork. A veces el destino junta a mentes maestras para hacer cosas excepcionales y algo así pasó con Rashad y DJ Spinn, quienes desde la preparatoria ya se juntaban para hacer mixtapes y pinchar en fiestas locales. 34 años bastaron para que la escena electrónica no volviera a ser la misma. En uno de esos extraños casos, durante el festival NRMAL en la ciudad de Monterrey, me tocó entrevistarlo y estar con él algunos minutos. Era un personaje extraordinario. Divertido y con una energía especial. La verdad lamenté mucho su muerte, pero siempre quedará su obra para seguir moviendo los pies frenéticamente.

Bob Casale

Es curioso como muchos consideran a DEVO un One Hit Wonder. Y sí, “Whip It” fue su entrada a las grandes ligas, y también su salida, pero decir que sólo hicieron esa canción, sería blasfemar en contra de una de las bandas más inventivas de la historia. Encasillados en el New Wave, pero con las fronteras de hecho mucho más allá, coqueteando con el punk y el pop de manera natural, DEVO era un discurso que iba más allá de simplemente hacer buenas canciones. Desde su nombre, inspirado en el concepto de “de-evolucionar”, es decir que en lugar de evolucionar, la humanidad ha ido retrocediendo hacia conductas dignas de hombres de las cavernas, DEVO logró trascender y convertirse en una banda de culto. Bob Casale fue guitarrista en cada uno de los discos que sacó la banda y formó parte de ella desde el momento de la concepción.

Joe Cocker

El éxito no le llegó de manera sencilla. Joe Cocker fracasó como cantante de pop, pero al probar suerte como cantante de rock y soul en los pubs de Inglaterra junto con su agrupación The Grease Band. Sin lugar a dudas, la gloria llegó con el cover a “With a Little Help From My Friends” de los Beatles —la que seguro recuerdan por ser el tema de introducción de Los Años Maravillosos— y por su participación en el legendario Woodstock de 1969. Con su voz rasposa y potente, Cocker se erigió como una figura prominente y una de las voces más reconocibles de la música popular. A pesar de que muchos sólo lo recuerdan por una canción, Joe Cocker tiene un catálogo envidiable y que vale mucho la pena repasar, a pesar de que sólo sea como parte del boom a raíz de su fallecimiento.

https://youtu.be/bRzKUVjHkGk

Gustavo Cerati

Gustavo Adrián Cerati Clark es, probablemente, el nombre más importante en la historia del rock latinoamericano. Ya sea en su trabajo solista o con Soda Stereo, Cerati siempre estaba un paso adelante. Innovador. Incansable. Prolífico. La maestría con la que Cerati dominaba la guitarra y era capaz de crear letras con las que cualquiera se podría identificar, lo convirtieron en una figura de culto, y un cantautor de renombre mundial. Lamentablemente, su accidente cerebrovascular lo tuvo en coma durante algunos años, muchos tenían la esperanza de verlo despertar, aunque el diagnóstico siempre fue fatalista. Al fin Cerati dejó de respirar y se fue en un viaje eterno. No obstante el legado es imborrable y como alguna vez lo dijo: “No me voy, me quedo aquí”, así lo tomaremos.