No hay un hilo negro en el indie. Algunos lo sitúan en el éxito de los Smiths estando con una disquera independiente como Rough Trade Records, pero la verdad es que un término tan tergiversado ya carece de inicio. Digamos que simplemente es. Existe en la marea de géneros que aparecen todos los días a velocidades exorbitantes. Es algo fácil encasillar el electropop, el emo, el garage, el lo-fi pop o el folk en una etiqueta comunal que diga indie, y para evitarnos clasificaciones, así lo haremos.

En fin, el 2014 fue un gran año para la música en español —y, hay que aclarar que, aunque en la lista a continuación no todas las rolas son en español, sus intérpretes nacieron en países hispanohablantes. Al parecer, Chile está a la vanguardia de la música, con propuestas que supieron aprovechar lo mejor de una escena angloparlante, para adaptarlo a su idioma natal. En fin, acá el conteo de las 20 rolas más chidas del año.

20.- Buscabulla – “Caer”

Una extraña combinación de talento puertorriqueño radicado en Brooklyn. Buscabulla es una combinación de géneros y ritmos, de la salsa gorda, a la psicodelia cubana, pasando por el rock argentino de los 80, el proyecto de Buscabulla suena cálido y tropical pero extraño a la vez. A veces se agradece que las bandas no se vayan por el camino fácil para hacer pop y se aventuren a crear nuevas texturas sonoras como en “Caer”.

19.- Cineplexx – “Te quiero”

Cosmic tropidisco indie, así es como define Sebastián Litmanovich a su proyecto Cineplexx. Radicado en Londres, pero argentino de nacimiento, Sebastián opta por las secuencias digitales para hacer canciones que sonarán mucho mejor con unas copitas encima, la pista de baile encendida y algún prospecto amoroso a la vista. Uno de los cortes más exquisitos y sensuales del año que hace una declaración que muchos repiten con ahínco cada día: “Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, quiero verte otra vez… llámame, llámame, llámame…”

18.- Dromedarios Mágicos – “Mildred”

Los descubrimientos tienen un saborcito particular cuando vienen por méritos propios. Un día, surfeando en Bandcamp probé a poner la tag “México”. De entre los muchos proyectos que aparecen con la etiqueta, hubo un nombre que me llamó la atención. La palabra “dromedarios” es bien linda, y acompañada del calificativo “mágicos”, pues se vislumbra mucho mejor. Al llegar a la página del artista en cuestión, vi que nomás tenía un EP de 4 cancioncitas llamado Bosque de San Marcos. Bastó un play para que me conquistara. Folk sincero, del que demuestra que una guitarra y una voz son suficientes para hacer grandes propuestas musicales.