El asombro y la devoción recorrieron a cada individuo. La noche del lunes, ningún asistente del Pepsi Center se salvó de quedar hipnotizado por el talento y la belleza desplegada sobre el escenario por Lana del Rey.

Tanto la neoyorquina como los espectadores se mezclaron en una velada de amor, pasión y desprendimiento. Todo un ritual que provocó la vibra ideal en el recinto de la colonia Nápoles.La fila de fanáticos de la artista comenzó a tomar forma hasta cinco horas antes de que comenzara el recital. El cansancio parecía no importar en los cientos seguidores que deseaban estar lo más cerca posible de su ídolo, esfuerzo que más tarde sería recompensado.

La ansiedad poco a poco colmó a un ejército de ‘Lanas del Rey’, quienes se mimetizaron perfectamente para encajar en aquella cita. Los leggins, la blusa ligera y holgada de algodón, el cabello lacio y largo, y la corona de flores, eran requisitos indispensables para formar parte de la liturgia.

Para las 21:07 horas apareció en el escenario Elizabeth Grant, mejor conocida como Lana del Rey, para arrebatar a destajo los gritos de un auditorio que colgó el letrero de ‘Sold Out’ desde el primer día en que se anunció la fecha.

La cantante, con guitarra en mano, irrumpió con delicadeza. La luz sobre su rostro y el color turquesa de su indumentaria la elevaron al grado de deidad sobre el tablado.Desde el primer momento la interacción por parte de Lana con el público fue impresionante. Tan impactados se encontraron los asistentes, como lo estaba la estadounidense al recibir los impulsos vehementes de los fanáticos mexicanos.

Elizabeth bajó por las escaleras con una finura que provocó el imaginar que flotaba en vez de caminar, tras ello se fundió con la enardecida audiencia para recibir su corona floral y lucirla ante el entusiasmo de los asistentes.Lana mostró dedicación al entregar varias frases en español. “Estoy muy nerviosa por estar aquí, muchas gracias”, expresó la cantautora en el alba del concierto.

Poco a poco tomó forma el desarrollo musical. Fue momento de entonar ‘Blue Jeans’ y con ella las pulsaciones rebasaron lo imaginable.Además, con el recibimiento de la melodía ‘Born to Die’, Lana sólo tuvo agradecimientos para el público y no hubo mejor manera de demostrarlo que acercarse para juntar sus labios con los de una decena de asistentes, hombres y mujeres por igual. La locura invadió el lugar.

A la neoyorquina la acompañaron tres violines y ellos protagonizaron una lucha de acordes con la melódica voz. ‘Carmen’ fue el terreno de batalla, donde el único vencedor fue la extasiada audiencia.Pero faltaba más. El anuncio de ‘Young and Beautiful’ hizo que los miles de asistentes la entonaran ‘a capella’, lo que sólo arrojó un ‘You are fucking amazing’ por parte de Lana.

Todavía ‘American’, ‘Without you’ y ‘Videogames’ mantuvieron el clímax para confirmar que la velada será inolvidable para cada uno de los que se encontraba en el lugar.

Una de las canciones más esperadas y que evidentemente terminó de enloquecer al respetable, fue “Summertime sadness” y se complementó con elcover “Knocking on heavens door”, de Bob Dylan.

Y por si fuera poca la entrega mostrada por Lana, ‘National Anthem’ hizo que se acercara al público para sentirlo y repartir, de nueva cuenta, una serie de besos entre los anonadados fans; así se puso fin a hora y media de entrega total por parte ambas partes.En el Pepsi Center hubo un ritual celestial para conmemorar la delicadeza y la precisión del soprano concebido en la voz de Lana del Rey.