Por Carlos Dávalos, que también le late oír cosas nuevas y perronas.

Tres discos frescos. Recién saliditos del horno. Un triunfal regreso, el debut de antología y la secuela ideal. Todos producidos en los últimos cuatro meses.

Gil Scott-Heron – I´m New Here

XL Recordings, 2010

Gil Scott-Heron

Hubieron pocos personajes que lograron transmitir la frustración, el rencor y la aspiración afro-americana de los 70s. Sólo pocas voces capturaron la furia, pero también la elegancia intelectual con la que los líderes afro-americanos resistieron las incoherencias sociales de la época.

Gil Scott-Heron es uno de ellos. Se lo conoce como el padrino del rap o el “Bob Dylan” negro. Es el poeta y artista spokenword que logró un estatus legendario por sus descripciones ácido-sarcásticas de las fracturas sociales de los barrios. Y ahora, después 25 años de lidiar con cargos legales y adicciones, finalmente regresó al estudio.

I’m New Here es el nombre del disco. Un título que describe claramente la forma en que Scott-Heron se siente. Ya se fueron los días de “The Revolution Will Not Be Televised,” y lo reconoce. Por eso no pretende volver a recitar las realidades de su entorno, ahora, mejor, se pone a reflexionar sobre él mismo. Un recurso constante entre los músicos; pero que en su caso, además de sonar bastante auténtico, era súper necesario.

“Me and the Devil” es una de las canciones que hay que escuchar. Es un cover que Scott-Heron hace al diablo del blues treintero, Robert Johnson. También “Running” o “The Crutch,” canciones con texturas estáticas,y sólo la voz aguardientosa de Scott-Heron cortándolas por la mitad.

El disco está publicado por XL, un sello que tiene fama de ser un buen empleador. Esperemos que Gil Scott-Heron reciba la atención que merece, por lo menos que le permitan dar unos buenos giros para que nos caiga.

Dam-Funk – Toeachizown

Stones Throw, 2009

Dam Funk

Finalmente llegaron un par de manos a refrescar la escena del hip-hop/funk. Deep master boogiefunk, inyectando neo-soul desde los vinilos incógnitos de Dam-Funk, la nueva super estrella de Stones Throw.

A partir de que arrancaron sus lunes de Funkmosphere en un club de LA, Dam-Funk a revitalizado el funk. Siempre decorándolo con géneros que han cruzado los danceflooors afro-americanos en las últimas 3 décadas. Desde lo profundo del house de Chicago, hasta los silbatos cinemáticos del g-funk noventero del West Coast. Además de unos sintetizadores cachondos que automáticamente delatan la influencia de Prince.

Toeachizown es su debut. Una colección de 29 retratos del funk cuarenta años después. El disco fue creado en cinco partes diferentes: LAtrik, Fly, Life, Hood y Sky. Divididos en 2 CDs o 5 LPs, dependiendo de la preferencia.

Damon Riddick, nombre original de Dam-Funk, siempre ha cultivado el gusto por coleccionar rarezas sesenteras y ochenteras del funk (especialmente los sonidos sintéticos de Zapp o Prelude Records), mientras se traga el hip-hop noventero de la mejor vibra afro-céntrica. Es decir, A Tribe Called Quest, De La Soul, Jungle Brothers y todo el sonido del movimiento Native Tongues.

Todo lo consumió y ahora lo eructó en burbujas de funk bastante finas. A lo mejor por eso también remezcló al Animal Collective tan suave, bañándolo con esa brisa frondosa que hay en California.

Dam-Funk es el autor de uno de los discos más astutos y frescos del género. Regurgitador del funk moderno. Bien pudo haber sido la evolución perfecta del sonido setentero, antes de que el hip-hop derrocara al funk del trono.

Esta se llama “Mirrors,” es la tercera del disco:

https://www.youtube.com/watch?v=p7TrJMeO57g

Four Tet – There Is Love In You

Domino Records, 2010

Four Tet

Ya bien acurrucadito en las filas del sello inglés Domino Records, Kieran Hebden, mejor conocido como Four Tet, sigue avanzando hacia el final del arco iris. En su nuevo disco, There Is Love In You, logra reconquistar su propio estilo, diseñando momentos muy orgánicos sobre el acostumbrado tejido de producción digital.

Los sampleos siguen siendo suavecitos, pero el ritmo es más acelerado, incluso por momentos raspa los 4/4. El mosaico de sonidos vuelve a crear esa atmósfera minimal, utilizando el mismo tipo de sampleos fracturados. Todos provenientes de instrumentos o bases muy simples.

Como en Rounds (Domino, 2003), la portada también proyecta el tipo de sonido. Igual de orgánico, pero más concentrado .. más ponchadote. Una conglomeración deforme de pastillas psicodélicas. Todas salpicadas por colores y agrupaciones demasiado armónicas. Exactamente igual que la música.

“Angel Echoes,” es la primer canción y desde el principio suelta la velocidad de todo el disco. En el primer minuto entra una voz femenina que evoca al house cálido de “Cascades of Colour,” pero se fractura y luego se somete al loop cuadrado de Four Tet, preparando la entrada a “Love Cry.” Una canción mucho más obscura, infectada por los sonidos de Burial, su compañero de banca en la Elliott School.

Ojala que Four Tet regrese pronto al DF, porque después del super toquín que ejecutó en el Teatro Fru-Fru, ya fue a recargar las pilas y acá la banda también.