Cuando se combina un tanto de jazz con un poco de funk, se fusiona con ritmos afro, algo de rock y se le agrega una pizca de soul, el resultado es una mezcla heterogénea que produce una sustancia vulgar, un experimento musical que no busca conservar la naturaleza de un género en específico, sino ser la respuesta sonora a la vida chilanga, donde convergen ideas visuales, sabores urbanos variados y la esencia misma de este joven proyecto conocido como La Orquesta Vulgar.

Luis Flores (Batería), Cuauhtli Mercado (Guitarra), Lucas Moreno (Sax alto), Asaph Sánchez (Sax tenor) y Fernando Santandreu (Bajo) conforman La Orquesta Vulgar, un quinteto de chavos que lleva trabajando dos años bajo esta alineación pero tienen más de cuatro como banda.

Todo empezó con Luis y Cuauhtli en la secundaria, quienes compartieron diversos ensambles que iban desde el ska, pasando por el funk, hasta llegar a La Orquesta Vulgar. En principio eran nueve integrantes, pero poco a poco algunos fueron abandonando el proyecto hasta que la banda se desintegró, para regresar como cuarteto meses después.

El nombre de la banda fue más un accidente que un juego de palabras. “Lo de orquesta salió porque varias de las bandas que nos influían, como Tokio Ska Paradise Orchestra o Soul Jazz Orchestra, utilizaban esa palabra -explica Luis, entre risas-. Lo de Vulgar lo pensamos de una forma pero la gente lo fue entendiendo de diversas maneras. El sentido del nombre llegó después de que ya lo teníamos”.

“Nos llegaron a preguntar que si era La Orquesta Vulgar porque es para el vulgo, para el pueblo -interrumpe Cuauhtli y continúa-, cuando nosotros pensábamos que era vulgar porque se trataba de algo irreverente, grosero, explícito, pero ese concepto de que es para el vulgo nos encantó y consideramos que sí, va más por ahí el sentido“.

Retrato cotidiano de la vida chilanga

La Orquesta Vulgar es muy gráfica desde la perspectiva de los títulos de sus canciones: La Víctima del Caníbal”, “Profético Dr. Albarrán”, “Mr. Trueno y los Magníficos de Plata”, por mencionar algunas, son pequeñas historias que hablan por sí solas cuando se escuchan.