La nostalgia, el sentimiento, la buena vibra y dos de los mejores ídolos hispanoamericanos le arriesgaron, y la apuesta por el rock and roll les funcionó a Enrique Bunbury y Andrés Calamaro, que abarrotaron el Foro Sol en una noche donde demostraron que la única tormenta que puede callarlos es la de ellos mismos.

Y es que Argentina y España se juntaron para deleitar a uno de los públicos más exigentes como es el de la Ciudad de México y lo lograron, pues refrendaron que el rock en español sigue tan vigente como cualquier otro.

El de Buenos Aires fue el encargado de abrir los telones con su “Alta Suciedad” y ahí fue donde se presagió lo que sería el recital hispano, que además también sirvió para rendirle tributo a Gustavo Cerati.

“A los ojos” y “Crímenes Perfectos” le siguieron. El público le respondía con la misma entrega con la que el músico argentino se le entregaba a las casi 45 mil almas presentes y que nunca se alejaron de las gradas a pesar de la lluvia, que en ocasiones intensificaba, pero que siempre dio tregua al rock.

Calamaro no sólo sedujo con sus mejores éxitos a la banda, sino que la preparó para una noche inolvidable. “Bohemio”, “Loco”, “Mil Horas”, “Flaca”, “Paloma” y alrededor de unas 16 canciones fueron las que hicieron vibrar las estructuras metálicas del inmueble por más de una hora.

“Enrique, Enrique“, se escuchaba en un estruendoso llamado de los fieles. No cabe duda que Bunbury es uno de los consentidos en esta ciudad.

Una nave espacial comenzó a bajar en el escenario, o al menos el video que se proyectó fue lo que asemejó, y “Despierta” cumplió con su cometido al shockear a los miles amantes del rock. El de Zaragoza, España, hizo explotar el escenario y el júbilo llenó los corazones.

Y como si hubiera sido un “Club de los Imposibles”, continuó la velada que se venía esperando por todos estos meses y justo este tema acabó por acomodar todos los espacios entre los asistentes y mandó la señal a Tláloc de que nada los detendría, no al menos como el pasado fin de semana en el Corona Capital.

Y si Calamaro los sedujo, Enrique extasió a todas y todos. “Más alto que nosotros, sólo el Cielo”, “Ódiame” y “Porque las cosas cambian”, le siguieron. “Buenas noches México, buenas noches al DeFectuoso”, dijo y obviamente los fans, una combinación de juventud y muchos contemporáneos de los artistas, se mostraron complacidos.

Más de una hora fue el idilio con Enrique Ortiz de Landázuri Yzarduy. “Deshacer el Mundo”, de los Héroes del Silencio; “El Extranjero”, “Que tengas Suertecita”, “Lady Blue” y toda una elección de sus mejores temas como solista, no dejaron ni moverse al baño.

Y llegó el encore final, ése que demostró por qué el rock en español es tan importante como la vida misma. “Sin Documentos” puso a bailar a todos; “Maldito Duende” sacó al de los 90 que todos traen dentro. Pero la verdadera nostalgia llegó cuando interpretaron “Crimen” de Gustavo Ceratti, donde a más de uno sí se le salieron las de cocodrilo y más cuando proyectaron al recién fallecido en las pantallas del escenario.

Y es que ese gusto bohemio de ambos artistas fue lo que logró el éxtasis de la noche. “Copa Rota”, “Apuesta por el R’N’R” e “Infinito” fueron las responsables de inundar de júbilo; y como agradecimiento al pueblo mexicano, que además no dejó de insistir en la “otra”, cerraron con “Hijo del Pueblo” de José Alfredo Jiménez, rara combinación pero que logró un emotivo final.

SET LIST

Andrés Calamaro: Alta suciedad, A los Ojos, Crímenes Perfectos, Cuando no estás, Rehenes, Bohemio, Loco, Tuyo Siempre, Metanfeta, Mil Horas, Todavía una Canción, Out Put, BIS Salmón, Flaca, Paloma, Los Chicos.

Enrique Bunbury: Despierta, El Club de los Imposibles, Más alto que nosotros, sólo el Cielo, Ódiame, Porque las cosas cambian, El Extranjero, Deshacer el Mundo, El Rescate, Los Habitantes, El Hombre delgado, Hay muy poca gente, Que tengas suertecita, De todo el Mundo, Sí, Lady Blue.

Bunbury & Calamaro: Sin Documentos, Maldito Duende, Crimen, Copa Rota, Estadio Azteca, Apuesta por el Rock and Roll, Infinito, Hijo del Pueblo.

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