Anti académicamente citando una cita: Oscar Wilde a Walter Pater: “Todas las artes aspiran constantemente a la condición de música”

Hace cincuenta años, y durante la mayor parte de la historia moderna, un músico ganaba su dinero al presentarse en un recinto. Durante las últimas décadas del siglo XX se creó una ilusión de la música como una fuente de riqueza inmediata y opulencia sin límites; hace no más de diez años un disco y la firma con uno de los grandes sellos discográficos eran una garantía casi absoluta de bienestar, estrellato y fortuna. Hoy ha nacido un espacio democrático en la música y ha llegado una nueva era de artistas independientes. Los discos no son (pareciera ser) el futuro y el músico ha vuelto, con o sin disquera, al escenario.

Los Indie-O Music Awards, o IMAS, nacieron en el 2007, sumergidos en la incertidumbre del porvenir de la industria de la música, como respuesta a la falta de apoyo institucional a todas las expresiones plásticas que no eran acogidas por la gran industria. Los IMAS, más allá del reconocimiento que dan a los artistas, son una plataforma de apoyo, promoción y difusión de las nuevas tendencias artísticas en el país; en un tiempo en el cual cualquier persona está posibilitada a tomar una guitarra, agarrar un par de micrófonos, encerrarse en un cuarto, grabar unas pistas y regalarlas por internet, los premios se han convertido en punto de convergencia único.

Durante la ceremonia de premiación, la cual tuvo sus primeras dos realizaciones en el Polyfórum Siquieros y la tercera en el Teatro de la Ciudad en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se reúnen los actores principales de la industria musical independiente para reconocer las mejores producciones del año anterior. A lo largo de la noche se lleva a cabo la entrega de premios, colaboraciones especiales, mucha música y, por primera vez sucedido en la última edición, precede una presentación especial de la gira de documentales Ambulante.

Por cuestiones de capacidad hasta este año los asistentes eran, de manera exclusiva, las bandas nominadas, jurados y acompañantes; para la cuarta edición se podrá contar con mayores espacios para permitir el ingreso de público en general.

La premiación es simple: un jurado de alrededor de doscientas personas, entre las cuales se encuentran productores, músicos, managers, periodistas especializados, etc., emite su voto semanas antes por alguna de las obras producidas en el año. Los jurados votan en más de veinte categorías y, de manera sencilla, aquéllas bandas (o medios) con mayor número de votos ganan.

En los IMAS la votación es transparente y eso impide que haya descontentos, sospechas y abucheos como los que se viven de forma cotidiana, por ejemplo, en los MTV Music Awards. Al día siguiente de la premiación la votación de todos los jurados es publicada y cualquier persona puede consultarla.

La cuarta edición de los premios se llevará a cabo en el Teatro de la Ciudad el 13 de abril de 2011

El apoyo de toda la comunidad artística ha permitido que este proyecto haya dado pasos importantes y definitivos tras cada edición; es así como cada año se han podido introducir cambios y mejoras determinantes. Para la cuarta edición, la cual se llevará a cabo nuevamente en el Teatro de la Ciudad el 13 de abril de 2011, se ha incorporado la categoría de Mejor disco de Folclore/popular, se ha establecido una alianza con los premios UFI de España, la Secretaría de Cultura del D.F. ha brindado su apoyo y, la novedad más importante de todas, se ha abierto la convocatoria para que cualquier banda, artista o sello inscriba obras.

A diferencia de años anteriores en los cuales era el jurado quien realizaba esta tarea este año será la gente (cualquiera) la encargada de hacerlo. La gran apuesta es descubrir sonidos nuevos, generar encuentros y tener la capacidad para tomar una fotografía de lo que aconteció en el mundo musical en México durante el 2010.

Los IMAS, en definitiva, buscan estimular la producción musical y las formas de autogestión; se busca dar fuerza a la creación artística de alto contenido estético, filosófico y político. Se trata de un proyecto sincero que no debe favores y no tiene agendas predeterminadas; no hay hilos negros que conduzcan a intereses oscuros ni documentos secretos que descubran verdades ocultas. Los IMAS son promoción de cultura, reconocimiento a grandes obras, apoyo a bandas emergentes y convergencia de distintas disciplinas plásticas; de forma utópica buscan que no haya público hostil a grupos teloneros, que haya respeto hacia todos los géneros (y entre géneros) y que surjan nuevos foros y mejores leyes, porque todas las artes aspiran constantemente a la condición de música y los músicos, hoy (ojalá que sin pretensiones excesivas), vuelven a los escenarios.