Si tuviera un peso por cada vato que me ha dicho “Entonces te gusta la música electrónica, seguro eres bien fan de Tiësto/Paul Van Dyke/Skrillex/Armin Van Buuren/Avici”, tendría muchos pesos. Aclarémoslo de una vez: sí, me gusta la electrónica. No, no escucho a Tiësto. No es que me parezca malo, es simplemente que me parece que los Tiëstos y Skrillex del mundo son poco propositivos y no muy bien saben por dónde van los tiros, principalmente porque ellos mismos carecen de un conocimiento a fondo de la historia de la música electrónica.

Ahora bien, es una excelente pregunta: ¿Cómo empezó la música electrónica y cuándo? Son dos historias, por un lado la de la música en sí y por el otro, y de manera no menos importante, la de los djs que tocan esta música y que han logrado popularizarla. A veces la confusión estriba en que poca gente sabe que los djs también tocan y mezclan otros géneros y, de hecho, empezaron mezclando música disco ya que este fue el primer género en ser “mezclado”, pero nos estamos adelantando horrores… Empecemos entonces por la música concreta.

La música concreta es el invento de una alegre pandilla de franceses que tenía un laboratorio de investigación sonora en la radio pública francesa. Previo a estos experimentos de verdad peculiares, Luigi Russolo había inventado en 1913 los “intonarumori”, una serie de aparatejos que pretendían imitar el ruido de una ciudad industrial despertándose. Estos chunches tenían nombres súper raros que al mismo tiempo describian el sonido a salir de ellos: el ululador y el retrocador son un perfecto ejemplo. Luego un aleman loco de nombre Walter Ruttmann, hizo una película documental entera y quitó la imagen, inventando así un “cine para los oídos” (Wochende, 1930).

<a href="https://www.youtube.com/watch?v=VHLmitA3o6g">https://www.youtube.com/watch?v=VHLmitA3o6g</a>

<a href="https://www.youtube.com/watch?v=SfGdlajO2EQ">https://www.youtube.com/watch?v=SfGdlajO2EQ</a>

Pero no fue hasta que Pierre Schaeffer se dio a la labor de ponerle nombre a esta suerte de experimentos sonoros y de hacer un manifiesto, que se popularizó este invento. la grabadora de carrete llevaba poco se ser inventada y Schaeffer llevaba meses jugando con la noción de inventar un nuevo lenguaje musical que no dependiera de notas, tiempos y tonalidades de instrumentos ya conocidos. Así pues, se dedicó a grabar en cinta sonidos citadinos y del campo, mismos que registró de manera particularmente exacta. Con estas grabaciones hizo una serie de “estudios” que presentó en radio bajo el nombre de “Cinq etudes de bruit” o “Cinco estudios de ruidos”, esto en 1948.

La “escuela” de Schaeffer terminó por llamarse el Grupo de Investigación de Música Concreta (en francés: Groupe de Recherche de Musique Concrète) y todos sus integrantes: Olivier Messiaen, Pierre Boulez, Jean Barraqué, Karlheinz Stockhausen, Edgard Varese, Iannis Xenakis,Michel Philippot y Arthur Honegger,tuvieron mucho que ver con el desarrollo de la música concreta, la música electrónica y el avant garde o música vanguardista casi que hasta hoy día. El laboratorio de Schaeffer, además de producir una cantidad espeluznante de música que llevó a la electrónica hasta las masas, también creó uno de los primeros acercamientos a la síntesis de sonido (por lo menos la parte teórica) computarizada, cosa que antes había logrado con mayor éxito Robert Moog con su Moog, pero en esta caso, la síntesis se llevaba dentro de una computadora y no en un teclado con bulbos y perillas.

<a href="https://www.youtube.com/watch?v=TFxaCwkMRTI">https://www.youtube.com/watch?v=TFxaCwkMRTI</a>

Claro, al oír una pieza como Etude aux Chemins de Fer de Schaeffer, bien podría pensarse que qué ingaos tiene que ver con, digamos, los Chemical Brothers o Fatboy Slim. Pues nomás que sin estos changos no existiría el sampler como tal, y por sampler me refiero a este aparatejo que se “roba” sonidos del mundo real o de otros discos, para después usarlos como la base de alguna composición musical. También les debemos mucho del techno que privilegia las texturas por encima de las melodías y, bueno, hay muchísimos artistas sonoros (que, por alguna razón, entran en lo “electrónico”) que son famosos por piezas que son grabaciones de campo. Ahí está el caso de Novaya Zemlya de Thomas Köner o El tren fantasma de Chris Watson, ex Cabaret Voltaire, quien grabó a los ferrocarriles mexicanos y editó un disco con ellos.

Acá unas grabaciones “básicas” para todo fan de la música concreta.

“Orphee 53” de Pierre Henry

“Le microphone bien tempere” de Pierre Henry

“Incantation” de Otto Luening

“Low Speed” de Otto Luening

“Etude aux Chemins de Fer” de Pierre Schaeffer

“Etude Pathetique” de Pierre Schaeffer

“Symphonie pour un homme seul” de Pierre Schaeffer and Pierre Henry

“Kontakte” de Karlheinz Stockhausen

“Piece for Tape Recorder” de Vladimir Ussachevsky

“Sonic Contours” de Vladimir Ussachevsky

“Poeme Electronique” de Edgard Varese