La ayuda para los damnificados por los sismos de septiembre no deja de llegar por todos lados. El mundo musical se anota otra vez, ahora de la mano de Kevin Johansen, quien regresa a Ciudad de México con The Nada para ofrecer un concierto en el Lunario del Auditorio Nacional este 17 de octubre. Las ganancias serán donadas a las personas afectadas por estos desastres naturales.

Este concierto se realiza bajo el lema «Cantemos por México». Platicamos con el cantautor argentino sobre su quinto concierto en nuestro país.

-¿Por qué cantar por México?

Es el sentimiento que tenemos todos: de empatía y solidaridad tras lo acontecido el mes pasado. Simplemente queremos aportar nuestro granito de arena. Cuando me enteré de lo ocurrido, en seguida pensé que estaríamos en menos de un mes ahí y en qué va a pasar. Me sorprendió mucho la resiliencia mexicana, el aguante que tienen ustedes. Entonces los organizadores dijeron que hiciéramos algo igual e inmediatamente pensé en que las ganancias se fueran a una fundación.

-¿Cómo se vio desde Argentina el sismo del 19 de septiembre?

A nosotros siempre nos causa impresión este tipo de desastres naturales, porque no nos tocan a nosotros, aquí no suceden. Siempre me acuerdo de que antes del Mundial de México también sucedió un terremoto, increíblemente en la misma fecha. Nos quedamos sorprendidos de cómo lograron continuar con la organización del Mundial, como muestra de lo supervivientes que son y de fortaleza, la resistencia que tienen, supongo que por costumbre. Nosotros estamos acostumbrados, por ejemplo, a las inundaciones. Me sorprendió mucho la casualidad de la fecha.

El disco de un continente

Mis Américas es un disco que salió el año pasado, tuvo tres nominaciones en los Grammy y, actualmente, Kevin continúa de gira promocionándolo. «Es un álbum que celebra las diferencias de Latinoamérica: tiene bolero, folclor y va hasta los sonidos caribeños», explica.

Y es que el cantautor tiene mucho de América Latina en su vida: para empezar, su mamá era melómana y escuchaba mucha música de esa región. Además, desde niño vivió en Argentina. «Somos muy diferentes pero a la vez hay mucha empatía, eso nos une. Por eso le puse Volumen ½, porque en un solo disco no caben todos los sonidos latinoamericanos», dice.

Kevin se presenta en el Lunario junto con The Nada, banda que lo acompaña desde hace 15 años. Foto: Cortesía

-¿Qué opinas respecto a las declaraciones de Trump y el muro fronterizo que planea hacer?

Lamentablemente es una ecuación de fascismo más ignorancia y miedo. Es un tipo que divide y le echa la culpa al de afuera. El otro día me dio risa que dijeron «Apúrate, Trump, con el muro que hay mucho gringo loco suelto». Estados Unidos es un país que está muy enfermo de ego, vivimos en la era del ego… posiblemente sea un título para mi próximo disco. Otro título que tengo es Pobre millonario, que tiene que ver con Trump y con la riqueza. Está dividiendo mucho a su propia nación. Es un país que yo quiero y aprecio mucho culturalmente. Soy medio gringo: nací en Alaska y mi padre es de Colorado, él no quiso ir a Vietnam y por eso nací en Alaska. Después, mi madre se casó con un mexicano de Mazatlán, así que también tuve un padre mexicano. Es un momento en el que hay que tratar de unir, y la música es empatía, es ver a uno en el otro.

Respecto a romper fronteras, Kevin cuenta que él escucha de todo. «Es inevitable. Los oídos no se pueden cerrar», comenta.

-¿Has pensado en acercarte a otros géneros?

Lo he hecho. Tengo en el disco ritmos así, hasta reguetoneros. Todo está muy emparentado, aunque no con un sentido tan comercial. El reguetón es sobrino de los ritmos jamaiquinos que sonaban mucho hace 25 años en Nueva York. Después empezaron a salir figuras como el General. Todo está emparentado. Hay que tener pocos prejuicios, yo tengo un hijo de 10 años que me canta todas las letras de reguetón; por suerte también canta folclor y cosas de la vieja escuela.

Además de seguir de gira con Mis Américas, Johansen se encuentra trabajando en un disco nuevo, que ya está en 50% terminado, espera que para principios de 2018 quede finalizado. Así que no le pierdas la pista y, mientras, lánzate al concierto en el Lunario. Los boletos están en $900 en el área general y en $1,200 en la zona VIP.

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