Se apagan las luces de El Plaza y en el fondo del escenario aparece un video con una Kate Nash en primer plano interpretando la clásica “You Don’t Own Me”, la introducción perfecta para lo que vendría: una noche de y para chicas.

Con un sonido muy distinto al exitoso Made of Bricks (si, aquél disco donde venía “Foundations”) y del nada sorpresivo My Best Friend Is You, Kate Nash regresó a la Ciudad de México para presentar su más reciente producción, Girl Talk.

Acompañada por sus cómplices de la noche: una baterista, una guitarrista, y una bajista-guitarrista, enfundadas en vestidos negros con pots blancos, Nash saltó al escenario para hacer un repaso por sus anteriores discos, pero también para presentar sus nuevas letras llenas de despecho y desamor.

Con una energía incontenible y con su inconfundible forma de cantar entre gritos y armonizaciones, mostró una actitud mucho más punk de los que nos tenía acostumbrados, lo que incluía un vestido negro, el cabello teñido de obscuro con un par de luces y recogido en coletas estilo colegiala.

El lugar no estaba ni a la mitad de su capacidad, pero esto no evitó que los asistentes bailaran, gritaran y disfrutaran cada momento. Sentimiento mutuo, ya que la artista no dejo de entregarse a ellos: corrió por el escenario, caminó y cantó entre la gente y dio mensajes en los que alentó a las chicas a luchar por sus metas y a no perder el tiempo sufriendo por hombres, ¡poder femenino!

Habló sobre su interés por la cultura mexicana y de un familiar que falleció y que compartía este gusto. Se mostró sorprendida por las respuesta de sus fans y agradeció hacer posible que ella estuviera tocando en nuestro país.

Pero lo mejor aún estaba por venir, y es que su staff invitó a un grupo de chicas a subir con ella al escenario y ser parte del show: brincaron, bailaron, se tomaron fotos, tuvieron la oportunidad de darle las gracias por lo que su música representa para ellas (algunas incluso lloraron por la emoción) y, finalmente, se dieron un gran abrazo colectivo.

La cantante regresó guitarra en mano, después de conversar con sus seguidoras tras el escenario, para concluir la velada con un encore conmovedor: “We get on” y “Birds”. Una noche redonda en la que Nash mostró su talento y el público lo aplaudió.