El José Cuervo Salón tuvo como invitado al mejor bicho de Inglaterra: Jake Bugg, un verdadero joven caballero inglés.

El encargado de abrir el concierto fue ni más ni menos que Juan Cirerol (Jake y Juan; vaya combinación, digna del título de una serie de televisión) y sigue siendo el mismo de siempre.

La irreverencia y descaro del norteño explotó cuando la chaviza (sí, ¡el concierto fue apto para menores de edad y ni siquiera vendían cerveza!) pidió a gritos a ¡Jake Jake Jake! Y Cirerol aprovechó la tonada para empezar Se vale soñar arrebatando aplausos sólo como él sabe hacerlo. En fin, un mexicano original para un británico excepcional.

Un blues de Richard Johnson sirvió de entrada para que Jake Bugg saliera al escenario para interpretar Mess up kids, seguida de Seen it all comenzando así a calentar motores para lo que sería el resto de la noche. Two fingers fue la encargada de prendernos a todos y ponernos a cantar y brincar. Las baladas lentas no se hicieron esperar, Song about love y Broken nos hicieron sacar los encendedores y uno que otro pañuelo para los chillones.

Jake no dice mucho entre canciones, pero a pesar de eso logró conectar bastante bien con los chilangos. Supongo que todo lo que tenía que decir ya lo hizo en las letras de sus canciones, las cuales me parecen bastante interesantes para un tipo tan joven (¡apenas tiene 20 años! A ver, ¿ustedes qué han hecho?). No sé si sólo fui yo, pero de repente me parecía ver la misma arrogancia de Liam Gallager cuando empezaba con Oasis. Eso sí, este vaya que si toca la guitarra.

Lightning Bolt cerró el concierto de manera poderosa, dejándonos en claro que este chico tiene con qué hacerla en grande en un futuro no muy lejano.

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