¿Recuerdas aquella época en los 90 donde la mayoría de grupos de rock nacional venían del norte? Cuando Jumbo, Plastilina Mosh o Zurdok eran la onda. Pues todo indica que en la actualidad ocurre un fenómeno similar sólo que con el Hip Hop. Y Ceremonia fue testigo de esto.

A pesar de los ánimos bajos porque más de la mitad del cartel que representa al género canceló (Vince Staples, D.R.A.M. y Madame Gandhi), fueron dos grupos mexicanos quienes jalaron una buena cantidad de bandita al escenario Vans.

Tanto Simpson Ahuevo como Banda Bastön —ambos norteños— aplicaron con éxito la técnica de “vamos mi gente, las manos arriba” y el hacer que los asistentes movieran las manos de adelante hacia atrás tratando de sacar su mejor movimiento emulador de Kanye West o A$AP Rocky. 

Con un buen número de asistentes en sus presentaciones, las agrupaciones demostraron que sí hay un público para esta música en México. Sin embargo, lo que se ha perdido, es esa denuncia social a través de las canciones que por ejemplo, tenían Tupac Shakur, KRS- One o Public Enemy.

Las rolas tanto de Simpson como de Bastön hablan de mujeres guapas, desamor y de pronto tocan el tema de la legalización de la mariguana, pero dejan de lado la parte de crítica que le dio éxito al género.

Durante el festival, platicamos de esto con el líder de Simpson Ahuevo, Jorge Beltrán: «Siento que lo primero era regresarle a la banda el gusto por el rap, el Hip Hop, las rimas. Y la forma de llegarles fue con estas letras de desmadre, amor, rupturas, cosas con las que se identifican de forma más inmediata. Y ya después ir metiendo la onda social. No es que la olvidemos, estamos conscientes que es necesaria, pero la idea es que primero se engancharan con un sonido más leve».

Beltrán nos dijo estar orgulloso de que ellos y sus compas en Bastön son del norte (Sonora y Baja California). «En México gusta esta forma de hacer música, no es que prefieran las propuestas internacionales, de verdad escuchan talento nacional, líricas en su idioma, eso es lo que nosotros les ofrecemos y allá en el norte, se está forjando un movimiento fuerte para componer y cantar de esta manera».

El DJ de Simpson Ahuevo, Alan Anaya, también opinó: «Es difícil que las disqueras apuesten por el género, hay muchos jóvenes talentosos como nosotros cuando empezábamos y no se les dan oportunidades que merecen. Por eso es bueno que existan festivales como Ceremonia, que da cabida a talento emergente y acerca esta música a un gran número de público»