¿Quién dices que la cantaba?
Alejandra Guzmán llegó a la música como la ruda hija de Enrique Guzmán y Silvia Pinal. Era la Belinda de los ochenta: ruda pero fresa, con voz horrible pero famosa. Hoy sigue siendo esa chiquilla que hace la voz ronca para parecerse a Tina Turner.

¿Por qué es tan mala?
Porque una “niña de bien” habla de su infidelidad. No sólo eso: confiesa que “hace el amor” (ja) fuera del matrimonio. Las chavitas de bien lo tomaron como bandera de insurrección. Hoy, la premisa sencillamente suena estúpida.

¿Cuál es la peor parte?
Cuando hoy, veintitantos años después, nos sentimos bien chistosos diciendo “hacer el amor con ocho”. Mala canción, mal chiste.