Bonnie ‘Prince’
Billy & The Cairo Gang – The Wonder Show of The World

El mundo camina, los
goles del mundial no dejan de caer, las guerras no dejan de explotar y Will Oldham no para de sacar discos.
En lo que va del nuevo milenio ha sacado alrededor de 14 placas, todas con la
misma pulcritud y profundidad que lo caracterizan.

A Oldham, desde
Kentucky, dónde sigue residiendo y componiendo, se le tiene que considerar,
ahuevísimo, uno de los obreros de la canción más dedicados que hay. Sus
minimalistas esculturas sonoras, proyectadas por medio de formatos tan básicos
como las cuerdas de una guitarra, son el paralelo musical de una época que por
momentos amenaza con ser exclusivamente futurista o sustentada en la
tecnología. El Bonnie "Prince" Billy siempre ha seguido cánones rústicos, narrando
en sus canciones las esquinas de la vida, la muerte, el amor o el destino.

"Something’s
waiting in the night to grab you and throttle hope from your heart."

En este disco,
acompañado de Emmet Kelly, quién también lo asistió en The Letting Go (2006) y Lie Down in The Light (2008)
, encuentra una mancuerna hecha a la
medida. Por momentos pareciera que se complementan tan bien, que su relación va
mucho más allá de la música.

Y sin
complicaciones. El título del disco revela mucho del contenido. En palabras
mucho más poéticas, las canciones se tratan de la forma en que nos enganchamos
en relaciones interpersonales como
hijos, novios, hermanos, amigos, etc. Surfeando entre muchas de las
posibilidades que una guitarra acústica permite, se nota como Kelly y Oldham
tienen un diálogo por medio de sus guitarras. Uno habla en folk y el otro
contesta con guitarra española; y si Oldham suelta un aperitivo gospel, Kelly
contesta con blues pesado. Nunca interfiriendo, siempre reconociendo que el
disco es de Oldham y que él sólo está para adornar los versos del barbón y
subir, aún más, la calidad del sonido.

En "Teach me To Bear
You," Oldham ruega a una mujer que le saque de la incertidumbre, le pide que le
de respuestas directas/honestas. Al mismo tiempo Kelly llega con coros que
podrían ser del grupo dominical de la iglesia habitual. Un pedo bastante
sublime. Y en "That’s What Our Love Is," la pieza más
larga del disco, Oldham confiesa que: "the smell of her box is still on my
mustache."
Además de ser una confesión íntima, se nota que el "Prince" Billy se
siente perfectamente cómodo hablando de cosas así.

Ahora resulta evidente que para Oldham la
felicidad está estrechamente ligada a la nostalgia, incluso a la tristeza (la
contradicción, en términos existenciales, tiene el mayor de los sentidos). Y es
ahí dónde encuentra la mayor fertilidad de su trabajo. The Wonder Show of the World es una prueba más de que Will Oldham pertenece a ese finísimo grupo de
compositores junto a Neil Young, Tom Waits o Nick Drake.

https://www.youtube.com/watch?v=CcsYipdssJQ