El más reciente disco de Enanitos Verdes se llama Tic Tac, la clásica onomatopeya para referirnos a un reloj, al paso del tiempo. Justo en eso se transformó el Auditorio Nacional, pues durante dos horas y media de música, pudimos recorrer un camino de 30 años.

Los encargados de echar a andar el reloj sónico, fueron los argentinos La Mancha de Rolando, quienes nos llevaron a los principios de los 90 con su sonido netamente “rock-en-tu-idioma”, ese sonido melódico, potente y muy lírico, muy parecido a lo que hacían sus compatriotas Los Rancheros.

Después de media hora en la que los abridores fueron ganándose poco a poco al público, se despidieron con un gran aplauso y dejaron el escenario listo para Felipe, Marciano y Jota quienes aparecieron poco después de las nueve con su ya conocida desfachatez.

Un intro instrumental se escuchó antes de “Besos violentos”, canción del último disco de la banda, y posteriormente “Cordillera” arrancó los primeros gritos del público, sobre todo con los arreglos cumbiancheros de la guitarra de Staiti.

La primera parte del concierto se fue entre temas del Tic Tac, como “Cocktail”, “No me dejes caer” y “Pinceladas de color”, la cual fue dedicada a todos los músicos que se han ido en los últimos tiempos, como Spineta, Cerati, Dio y hasta Rockdrigo, que cumplirá 30 años de fallecido en unas semanas.

El público coreó algunas canciones pero en general estuvo pasivo durante esta fase del concierto. Fue hasta que llegó “Eterna soledad” que despertaron completamente. Tocó el turno a “La muralla verde” y los asistentes se levantaron de sus asientos y el baile comenzó con este clásico del rock en tu idioma.

El resto de la noche fue de puros éxitos como “Tus viejas cartas”, “Amores lejanos”, “Luz de día”, “Guitarras blancas”, que contó con la participación de Sax de Maldita Vecindad, y “Lamento Boliviano”, tema con la que la banda se despidió para tomarse un descanso.

El encore abrió con “Mi primer día sin ti” y terminó con “Dale Pascual” mientras Marciano presentaba al resto de la banda.

Un viaje a los ochenta, pasando por los noventa, la década pasada y de vuelta al 2015; varias generaciones presentes y hasta músicos como Sabo Romo en el público, fue lo que nos dejó este concierto de los Enanitos Verdes

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