Rascando en sus orígenes

(Sonríe y niega con la cabeza)Mi enojo no es con la industria, es con los músicos. La industria me permitió tener contratos para poder fluir en mi carrera, estoy enojada por cómo hemos permitido que la música sea administrada, el mundo está al revés, este país está al revés. Me molesta la poca conciencia que tenemos para hacernos responsables de nuestros actos, en algún punto me cansé de cómo se hacen las cosas en la industria y me pasé del otro lado, booking, editorial y management por mi cuenta. Me he encontrado con muchos obstáculos y en ocasiones se han reído de mí, pero no me rindo.

En un momento de reserva. Me asusta porque sin duda me siento inestable, pero es un buen momento. Me gusta creer que estos puntos de reserva son como tirar una flecha, que la montas en el arco e incluso retrocedes; me gusta creer que estoy en un momento tirante para lanzar la flecha con precisión y fuerza lo más lejos que se pueda. No tengo ganas de quedarme a medio camino, o me muero en el intento o mejor no hago nada. Cuando enfrento una relación profesional procuro ser franca, he aprendido a ser directa y de pronto la gente se asusta, no escondo nada, soy Regia, soy derecha e incluso creo que por eso estoy soltera, porque se me asustan… Tengo 41 años y estoy en crisis, estoy en un momento desértico, inquieto, tengo claros ciertos panoramas pero no sé a dónde voy.(Pregunta por mi edad, contesto 38),puesespérate a que aterrices en el cuarto piso, sí hay una crisis y es fantástica. He estado disponible para todo el mundo en 19 años de carrera, he sido amiga, colega, representada, condescendiente, cabrona, estúpida, he cometido errores… En este momento no quiero estar con nadie, quiero enterarme, ¿de verdad puedes sola? pues a ver chínguele. No sé si este experimento vaya a funcionar, pero me agrada.

Ninguno, soy tragona y cocino de todo, no sé si alguno es especial, quizá los que me enseñó mi mamá. Nunca estudié gastronomía pero me encanta cocinar, me han chuleado mi flan, el pan de jengibre con leche de coco, la birria, el caldo de camarón con nopales, bacalao, el mole negro con lechón…El mejor platillo que hago es el del momento, aunque sí creo que el resultado depende del estado de ánimo.

Los mariscos.Si alguien me quiere consentir que me lleve a Colima, ahí están los mejores mariscos de este país.

Reconozco que soy anti trendy, me interesa más el buen servicio que las modas, cuando voy a un restaurante me gusta que me consientan, que me expliquen, que me atiendan, y los dos lugares que más disfruto sonEl Danubio y Puntarena.

De la sonoridad de mis discos y de perfumes,de cómo busco un sonido y cómo encuentro un aroma.

Apagué la grabadora, nos dimos las gracias y Ely se puso a las órdenes del fotógrafo de Chilango. Al levantarnos, de la mesa contigua una voz grave con acento español gritó “Hola guapa, venaquíun momento”. Ely saludó con gracia y se sentó a su lado. El hombre exigió una foto y le preguntó si yo era su marido. Negamos con una sonrisa. El fotógrafo de Chilango no entendía lo que pasaba pero decidió jugar, prendió la cámara y afinó el ojo. La inseguridad me llevó a refugiarme en el capitán de meseros,¿es Julio Iglesias?le pregunté, y asintió orgulloso de atender a esa leyenda del pop hispanoamericano en su restaurante. Había por lo menos 10 personas a la mesa y una hermosa morena le indicaba a nuestro fotógrafo que evitara a toda costa los ángulos contrapicados. Ely intercambió un par de cortesías con Mr. Iglesias y amablemente se despidió. La seguí impresionado por su temple, hice una discreta reverencia y me fui enredado en un par de ideas: que el tiempo no ha sido tan amable con don Julio y que Ely es una guerrera.