De la cabeza fría de Islandia a las sonoridades tradicionales misteriosas de su Bretaña natal, y la épica y atmosférica sonoridad de su anteriores trabajos, transitó la música del compositor francés Yann Tiersen (1970) anoche en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, en esta capital.

Considerado uno de los mayores exponentes de la música francesa, capaz de convertir imágenes en canciones e historias con melodías que surgen del alma, llenó el recinto de la calle de Donceles en el Centro Histórico de esta ciudad, luego de dos años de ausencia en México.

Justo en el día en el que la cantante y actriz mexicana Esperanza Iris inaugurara hace 96 años el teatro que hoy lleva su nombre, el multi-instrumentista, quien es reconocido por la composición de la banda sonora de películas como “Le Fabuleux Destin D’Amélie Poulain” y “Good Bye, Lenin!”, tuvo una gran presentación, misma que le valió una nutrida ovación.

El francés llego a México promocionando su más reciente material discográfico titulado “Infinity”, misma que le da nombre a su gira mundial, y con el cual sedujo y sorprendió a público de entre 18 y 40 años.

Lleno de misterio y color, y con un estilo minimalista, un género que tiene a sus mayores representantes en personalidades como Michael Nyman o Philip Glass, Tiersen conquistó a sus fans mexicanos gracias al uso de acordeones, violines, guitarra , sintetizador, junto con otros instrumentos como la melódica, xilófono, piano de juguete, clavicordio y hasta una máquina de escribir.

Armoniosa, romántica, mágica, seductora, misteriosa y original, así fue anoche el concierto de este virtuoso, cuya música es una amalgama entre los instrumentos antes mencionados, que domina a la perfección.

Acompañado por cuatro músicos, “Infinity”, según las notas del programa presentado, se compuso a caballo entre Islandia, Bretaña y las Isla Feroe, y esta voluntad multicultural también se refleja en las varias lenguas minoritarias usadas en él.

Serio, concentrado, con apenas un par de expresiones como “hola y gracias”, el músico francés reveló que el no escogió el título del disco “Infinity”, por el contrario, dijo que éste se escogió a sí mismo.

Ataviado con un pantalón de mezclilla en color gris y camisa de manga larga en azul rey, al igual que su saco, la presentación de Yann se caracterizó por la serie de texturas manipuladas en cada una de sus piezas en las que cuerdas, coros y sonidos se hacen presentes, todo ello, hecho con juguetes.

Así, su presentación resultó un ir y venir de lo acústico, a lo electrónico, a lo digital y de vuelta a lo análogo, cautivando a propios y extraños.

El francés ofrecerá su tercer y último concierto en México esta noche en este mismo espacio, para continuar posteriormente su gira por 22 ciudades, siendo Washington DC su próxima parada.