Después de su gran presentación en el Vive Latino de este año, los españoles de El Columpio Asesino volvieron a México, esta vez para presentarse en solitario en El Plaza Condesa.

Al iniciar el concierto, el lugar se veía un poco vacío, aparentemente el público esperaba que hubiera banda abridora pero no fue así, los originarios de Pamplona iniciaron directo y sin rodes con “Babel” y desde entonces, el público quedó en un trance marcado por el ritmo de la batería de Raúl y las hipnotizantes voces de él y de Cristina.

“La lombríz de tu cuello” y “Susúrrame” continuaron la movida, pero un poco fría y sin ganas, presentación de los españoles. Parecía que estaban decididos a dejar que la música que salía de los amplificadores hablara por sí sola. Además de la poca comunicación verbal con el público, lucieron como que un poco distantes.

Tres canciones más pasaron y llegó el turno de la que titula a su más reciente disco, es decir, “Ballenas muertas en San Sebastián”, la cual marcó uno de los mejores momentos de la noche, musicalmente hablando.

“Edad legal” y “Motel” fueron el preámbulo de la tercia de éxitos de la banda, “Diamantes”, “Perlas” y finalmente “Toro”. Ni siquiera esta última logró explotar como se pudo haber esperado.

Esta fue la primera despedida de la banda, misma que dejó un poco perplejo al público, pues el show no llevaba ni una hora y ya se habían ido y tocado los más grandes hits.

Con un “Apoco creían que nos ibamos a ir asi” de parte de Cristina, la banda volvió al escenario y “Corazón anguloso” se escuchó duro en El Plaza. El encore se compusó de “Un arpón de grillos”, “La marca en nuestra frente es la de Caín” y “Flotó”, la cual fue una excelente ejecución musical.

Todo terminó finalmente con el cover de Pixies, “Vamos”, y el trance terminó. No hay mucho que pedirle musicalmente a la banda, pero tal vez si un poco más de emoción, tal vez tuvieron un mal día, o quién sabe, pero siento que quedaron a deber un poco.

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