El gusanito se alojará en nuestros oídos durante unos meses y nos culparemos de tararearla involuntariamente. Y quedará como una simple anécdota.

Si se trata de hacer obras monumentales yperdurables, un tema como "El Huapango de Moncayo", sí califica de milenario por su evocación de una nación en movimiento. O el "Son de la negra", que podría sonar en Japón o en la Luna y provocar el antojo por unas enchiladas verdes.

Si se te antoja tronar una piñata multicolor de sonidos mexicanos en este septiembre, pero no sabes cómo, te recomiendo un álbum que considero un buen viaje a través de 100 años de música mexicana.

En 2002, Kronos Quartet sacó un disco llamado Nuevo. Y se adelantaron ocho años a la necesidad de una obra que retratara a un país tan diverso y caleidoscópico. Con ayuda del productor Gustavo Santaolalla, el cuarteto de cuerdas se dio a la tarea de recrear el imaginario sonoro nacional: desde las piezas totémicas como "Sensemayá" o "El sinaloense", hasta boleros inmortales como "Perfidia" o un son huasteco como "El llorar", entre grabaciones de campo que retratan un mercado, un organillo, el tronar de unos "cuetes" o los misteriosos rezos de una fiesta Tzotzil en Chamula. Lo bueno es que fueron másallá de lo turístico, y retrataron al México contemporáneo, con piezas de Café Tacvba, Nortec e incluso, una de Esquivel y otra de Chespirito. Chécate qué tan chido está el disco, que Edoardo Chavarín (el de NaCo) les hizo una portadacomo de papel picado.

Está ‘Hecho en México’ pero fueron los gringos quienes vinieron a mostrar cómo hacer tronar los chicharrones. Le hubieran encargado a Sir Elton John la rolita del Bicentenario.