La banda originaria de Liverpool ofreció una hora y 20 minutos de su repertorio clásico y de su nuevo material, Meteorites (2014).

En su presentación, las rolas más festejadas de la noche fueron The Killing Moon, The Cutter y Lips Like Sugar, con la cual cerró el concierto, que empezó a las 9:18 pm y terminó a las 10:40.

Otras canciones que prendieron a la banda fueron Rescue, Over the wall y Nothing Lasts Forever, con la cual aprovecharon para rendir tributo a Lou Reed y a The Beatles, pues armaron un ‘medley’ con Walk On The Side y Don’t Let Me Down. Otros covereados fueron The Doors.

People Are Strange fue incluido en el setlist de los británicos, y combinaron Roadhouse Blues en su tema Villiers Terrace.

El vocalista Ian McCuloch, que traía puestos un saco largo negro, jeans y lentes negros, agradeció con esporádicos “gracias” y, aunque no hubo mayor interacción, conectó con los asistentes del Plaza Condesa, entre los cuales había muchos treintañeros, e incluso mayorcitos.

Con una iluminación discreta y apenas un telón negro de fondo, esta banda emblemática del New Wave (fundada en 1978 por McCuloch y el guitarrista Will Sergeant) cumplió con sus seguidores, quienes esperaban su regreso desde su presentación en el Corona Capital de 2010.

Seven Seas, Never Stop, All My Colours y All That Jazz también fueron interpretadas, pero el gran pendiente fue Silver: no la tocaron ni porque los fans sacaron pancartas (bueno, en realidad fueron hojas impresas) con el título de este clásico incluido en el álbum Ocean Rain (1983)… No la tocaron ni en 2010 ni en su triunfal regreso de 2014.