David Bowie y su fascinación por el boxeo
Por: Colaborador
David Bowie se preparaba a consciencia en 1983 durante las sesiones de “Let’s Dance“, 15ma grabación del ícono “glam” que lucía una portada llena de penumbra, con un artista que exaltaba sus dotes boxísticos y quería emular a los grandes Campeones que veía por televisión.
El físico importaba, más en una figura camaleónica y emblemática como la del “Duque Blanco“, quien quería lucir delgado y en forma frente a sus fans en el “Serious Moonlight Tour“.
El boxeo era parte de las “excentricidades” y fascinaciones de Bowie, lo demostró desde 1974 en el “Diamond Dogs Tour” cuando portaba un par de guantes durante sus presentaciones en vivo…una vez más y fiel a su estilo, Bowie mutaba.
Casi una década después, Bowie emprendió el ejercicio de disciplinarse, el boxeo sería la salida y el entrenador Richard Lord (exCampeón de los guantes de Oro en Estados Unidos en los 70) fue el elegido.
David Bowie 2 (Foto: Página Oficial)
Lord se hizo famoso por llevar al ring a peleadores de la talla de Jesús “Matador” Chávez (exCampeón Mundial Ligero FIB) y Anissa Zamarron, una de las primeras mujeres en subirse al ring en una pelea avalada por una comisión de boxeo.
“Ziggy Stardust” entrenó de forma constante, durante más de dos meses se hizo un cliente asiduo a un gimnasio de Austin, Texas. Un par de veces al menos, llegó a parar al hospital por lo aguerrido y necio que era arriba del ring durante las sesiones de “sparring“, según recuerda Peter Frampton, viejo amigo del autor de “Slip Away” con quien compartió incluso sus años escolares.
Bowie nunca dijo abiertamente quién era su héroe del ensogado, pero nunca abandonó la disciplina y continuó entrenando las siguientes dos décadas, hasta que su cuerpo ya no pudo resistir las exigencias de un entrenamiento.
Seguramente, “The Man Who Sold The World” continuará pegándole a la pera en el mundo de los inmortales, allá, tendrá mejores opciones para entrenar como Sugar Ray Robinson, Emanuel Steward o Rocky Marciano, y por qué no, enseñarles un par de “riffs” para entrar en calor rumbo al ring.
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