Baxter dice: La historia de Daniel Johnston es digna de una película de Cameron Crowe. Un enfermo mental con capacidades artísticas impresionantes que influenció hasta la médula a la generación grunge (hay una foto legendaria de Kurt Cobain con una playera de una de sus pinturas) se dedicó a hacer música. Ahora, a sus casi 50 años lanza un álbum que nos recuerda que una buena canción puede lograr sacarte una sonrisa. Si Crowe hiciera la película, la secuencia de esta canción sería, seguramente de piel chinita.

Ruy dice: Felicita. Dominguera. Como para ponerla en la carretera de ida a Cuernavaca. Se nota mucho la referencia a los Beatles, desde la batería hasta la melodía, y se agradecen los dulcecitos que se hacen con sintes. Por otro lado, la monotonía me hace dudar si podría esta rola en mi i-Pod. Supongo que será una buena rola para un mix-tape, pero nada más. Con todo y su influencia.

Xun dice: A la Billy Joel, Johnston nos da una baladita sencilla, acordes repetitivos, circulos agradables. La letra empalagosa pero fácilmente recordable será parte de un Soundtrack indie. Bien, los tres minutos y cachito se pasan como una aguita fresca de verano. Gracias. ¿Te recordaré? no, quizá cuando encuentre ese viejo mix-tape de principios de milenio. Antiguedad de museo.