El fin de semana se llevó a cabo la tercera edición del Corona Capital. Fueron dos días atascados de música, de nuevas propuestas y de grandes clásicos. Aquí lo que vimos:

Vicente Gayo

Por: Verónica Chávez

Estos chicos de Satélite lograron asumir la responsabilidad de ser uno de los primeros grupos en abrir el festival con ritmos muy bailables y aceptados por los asistentes. Nos gustó la escenografía decorada con origami, y la respuesta del público cuando escucharon éxitos como “Mismo loop”, “Rec, play, stop”. Para cerrar presentaron “Desarmar teorías”, de su última producción discográfica.

Dum Dum Girls

Por: Fernanda López

La banda californiana, liderada por Dee Dee Penny, ofreció una presentación de casi cuarenta minutos de noise pop. A pesar de que tienen canciones buenas, o al menos decentes para pasar un buen rato, no lograron prender a su público. Esto fue en gran parte por la falta de energía y la voz plana de la vocalista. La canción que más éxito tuvo entre la audiencia, basándonos en que fue la única que logró hacer bailar a la gente, fue “Bhang, bhang, I’m a burnout” de su primer álbum. También resaltó el cover que hicieron de “There is a light that never goes out” de The Smiths. Sin embargo, de lo que salieron hablando todos fue de Malia James, la sexy bajista de la banda.

The Joy Formidable

Por: Luis Del Valle

Hay bandas que no logran llevar la energía de sus presentaciones en vivo a sus discos de estudio (el síndrome KISS) y The Joy Formidable es una de ellas. Ya los habíamos visto el año pasado pero ahora confirmamos que este trío inglés tiene todo para hacerla en grande. Son amos de la distorsión y su sonido fue especialmente creado para sonar en estadios o espacios abiertos. La mayor parte de su set fueron canciones de su debut del año pasado y el estreno de “Cholla”, su nuevo sencillo que fue presentado con una chistosa historia sobre como la banda se enteró que en México eso también significaba cabeza (la canción toma su nombre de un cactus). Los tres integrantes se divierten como pocos y a lo largo de la presentación hicieron caras a la audiencia, bromas entre ellos y tocaron con todas sus fuerzas. El enorme final con “Whirring” fue uno de los momentos clave del festival.

The Kills

Por: Luis Del Valle

Los fanáticos de The Kills saben cómo son las presentaciones en vivo del dúo: un estilo incorruptible, la poderosa voz de Alison Mosshart, una imponente guitarra de blues y una alta carga de tensión sexual. Jamie y Alison son impresionantes en el escenario, cada movimiento y cada pose son infalibles, podrían estar bailando la cosa más ridícula del mundo y no se verían mal, se ven perfectos. Pero no todo es estilo en el mundo de los Kills, la música también juega un rol muy importante y a estas alturas su amplia gama de sonido (desde la enérgica “Now Wow” hasta la nostálgica “Baby Says”) demuestra que son una de las bandas más relevantes de su generación. A diferencia de sus presentaciones anteriores, el grupo ahora incluye cuatro percusionistas (dos hombres, dos mujeres) uniformados de negro y con un palicate rojo que eran todo un espectáculo ya que tenían complejas coreografías para cada canción al mismo tiempo que tocaban diversos isntrumentos.

La adición de estos cuatro músicos le dio una nueva vida a la música del dúo, todavía traían la pista de beats que caracteriza a sus canciones pero los tambores y demás instrumentos hacían que todo sonara mucho más potente. A pesar de eso, la estrella es Alison Mosshart, que ahora con un pelo multicolor conquistó a la audiencia, contorsionándose, gritando y enamorando al público con sus seductores movimientos. La emotiva “The Last Goodbye” hizo que más de uno (incluyendo a la misma Alison) tuviera ojo llorosos y el cierre con “M.E.X.I.C.O.” fue un gesto con el que la banda demostró su aprecio por un público que les tiene devoción absoluta.

The Hives

Por: Luis Del Valle

Howlin’ Pelle Almqvist es uno de los mejores (sino es que el mejor) frontman de la actualidad. De principio a fin, el líder de The Hives conquista a la audiencia con una mezcla de ego, humor y actitud cuasi punk a la que es imposible resistirse. En un español bastante decente, pero a la vez lleno de errores que le daban un toque cómico, Pelle calificó a su banda como “magnificante” e invitó numerosas veces a las “señoritas, señores, señoritas y señores” a que adoraran a su banda. “El rock está aquí en el escenario con los Hives” decía el vocalista mientras interpretaba canción tras canción centrándose en los temas de su nuevo álbum Lex Hives, pero los que más gritos desataban dentro de la audiencia eran los clásicos como “Main Offender”, “Hate To Say I Told You So” y “Walk Idiot Walk”. Toda la banda sonaba muy bien y dejaron claro que nadie en todo el festival tocaba tan rápido y duro como The Hives, pero de una forma u otra la atención siempre regresaba al vocalista, que se bajaba con la audiencia, saltaba por doquier y lanzaba patadas al aire mientras gritaba exigiendo la adoración de los presentes. Había que poner atención a cada detalle, las caras de cada integrante, los roadies ninja que tocaban las maracas o el pandero, las frases de Pelle o su peculiar interacción con el público.

Desafortunadamente no todo fue bueno, el sonido dejó mucho que desear y a los lados del escenario principal no se escuchaba nada bien y eso que no estaba tan atascado como con The Strokes el año pasado. A fin de cuentas, no se sintió que la banda tuviera material para ser la cabeza del festival y para el encore ya habían perdido a una buena parte de su audiencia. El hecho de que hayan perdido parte de su audiencia no evitó que la banda cerrara con broche de oro al interpretar “Tick Tick Boom”, en la cual Pelle hizo que cada uno de los presentes se sentara para que al final todos saltaran al mismo tiempo mientras la canción llegaba a su explosivo final.