Sangrante, apasionada, ardiente, sensual, dolorosa. Así fue como Mon Laferte se entregó a sus fans durante la presentación de su disco Vol. 1 en un Lunario del Auditorio Nacional completamente lleno y ávido de corear los temas que han hecho de la cantautora chilena, uno de los fenómenos musicales que han llamado la atención fuertemente en los últimos años.

Teniendo como telonero a Sebastián Soto, mejor conocido como El Viaje de Seth, Mon dio un show como hace mucho no se veía uno.

Con una orquesta conformada por once músicos, todos vestidos de rojo con negro, Laferte apareció entre los gritos del público, quienes la recibieron cual cantante de la OTI: lanzándole rosas rojas al escenario en donde ella, ataviada con un vestido negro y guantes del mismo color, daba inicio a su propio espectáculo con la canción “Vuelve por favor”, demostrando que sería una noche en la que, a través de sus canciones, la chilena desnudaría su alma y su corazón.

Luego de un breve recorrido por su álbum Tornasol con los temas “Flor de amapola”, “Orgasmo para dos” e “Igual que yo”, Mon Laferte tomó su guitarra e interactuó por primera vez con los asistentes, que por cierto, muchos de ellos hicieron acto de presencia a las afueras del Lunario desde las siete de la mañana, demostrando que lo que está pasando con la cantante no es tan solo una “llamarada de petate”. “Amor completo” hizo que las gargantas de los fanáticos se desbordaran dando de esta manera el banderazo de salida para la presentación de Vol. 1.

El ritmo cambiaría a uno más alegre, tan alegre como su sobrino Salvador, el de los ojitos dormilones, ese al que le dedicó esta canción a la que le siguió “El Cristal“.

Declaraciones fuertes, llenas de reclamo y de despecho las que hizo Mon Laferte al interpretar “Malagradecido”, una canción que en palabras de la propia cantante, fue escrita para el “hijo de puta” que le rompió el corazón. No faltaron desde el público los abucheos para quien inspiró este tema: desde un sonadísimo “¡Pinche culero!” hasta el recalcitrante “¡Chinga tu madre, cabrón!”.

Ritmos andinos daban cuenta con “La noche del día que llovió en verano, “Cielito de abril” (tema principal de la película Loco cielo de abril) y “La visita.

Con los ánimos bastante elevados, Mon daba la bienvenida al primer invitado de la noche, El Viaje de Seth, con quien entonó “Calma”.Tomando una de las rosas que habían sido lanzadas al escenario y deshojándola como margarita, Laferte pidió aplausos para su segunda colaboración de la noche, Renne Mooi, con quien tuvo un agradable duelo de poder en la voz al cantar .

La primera parte del concierto finalizaba para dar paso a un show lleno de rock en el que Mon apareció con un vestido rojo con bordes y detalles en negro, así como rosas rojas que enmarcaban su rostro para interpretar temas llenos de sensualidad, rock y pasión como “La mujer”, “Soy”, “Un solo hombre no puedo tener” y “Ángel Negro.

Una de los momentos de la noche se dio cuando comenzaron a sonar los acordes de la muy solicitada “Si tú me quisieras, tema para el que los fans dieron lo mejor de su voz gritando “todo sería diferente si tú me quisieras”, algunos con los ojos llenos de lágrimas y otros más con los celulares elevados al cielo para dedicar la canción a aquellos que tienen a bien no darles el sí.

“Lo que pido” y “Hey Hey” sirvieron para finalizar el concierto con ritmos desde el ska, pasando por el rock, haciendo saltar a todo el mundo para liberar las emociones que se encontraban ya para ese momento a flor de piel. “Tormento fue la elegida para terminar la sesión, agradeciendo Mon la presencia de los fans en un show que fue grabado para un dvd que posteriormente saldrá a la venta.

La chilena no podía irse del escenario sin interpretar el que quizá es el tema más querido por los fans, así que al escuchar que los presentes comenzaron a corear al unísono “yo aún podría soportar tu tanta falta de querer”, regresó con “Tu falta de querer y el poderoso ritmo de “El diablo para cerrar una noche llena de melancolía, pasión, reclamo, despecho y mucho amor englobada en un solo grito desde lo más profundo del ser de Mon Laferte: “¡Los amo chingada madre!”. Así, ardiente Laferte.