Baxter dice:
La tétrica voz de Antony Hegarty toma una nueva dimensión (otra vez) con esta nueva entrega del proyecto que lo catapultó a la fama internacional. El ícono de la cultura hipster-gay, se transforma constantemente, ya sea en proyectos bailables o azotados. En esta ocasión, llegan al punto medio. Una letra, triste, como nos tiene acostumbrados, pero una instrumentación un poco más festiva le habla a más personas que al nicho que ha enamorado.

Josue dice:
Desde que leí el título ya me esperaba un dramón. Cuando
supe que era de Anthony sabía que me iba a enfrentar a un bombardeo de golpes
al miocardio. Y tal cual, la voz de Toñito junto a las percusiones me llevaron
por dos caminos distintos -sólo un rolón puede hacer eso-: la primera parte es
una acoplado de memorias auditivas, de tristeza y recuerdo. Y de pronto ¡wham!,
una bofetada de endorfinas y una sonrisa plagada de esperanza. Esta canción es
un zigzag. Y listo para el mixtape para mi futura ex "novia".

Ruy dice:
Pocas bandas tienen la facultad de hipnotizarme.
Ya sabes: apañar mi atención de tal manera que de verdad no pueda pensar en
otra cosa. Antony and the Johnsons es una de esas bandas. Es más: no es tanto
la banda como le voz del condenado Antony. Esta rola, aunque mucho más feliz
que lo que esta banda acostumbra, está al nivel: lo hace a uno querer correr a
dedicarla. Para mí será un must desde ahora.