Llegas a un antro fresa, después de sortear al gorila de la entrada, de pagar tu cover de 500 varos y 1000 por una botella que vale 70 en el súper, estás donde tienes que estar. De pronto, hay una hora en donde entra tu éxtasis, “La chica del bikini azul”, “Suave” y “No culpes a la noche”. Te olvidas de todo, y por unos minutos, tu noche es como lo esperabas.

Llegas a un bar con puertitas de viejo oeste. Sorteas al pelón malencarado que se te queda viendo. Llegas a la barra y después de veinte intentos para que el cantinero te haga caso te pides una chela. La rockola lo vuelve todo más democrático, hasta que llega un matudo, como tú, que pone “Paranoid” a cinco varitos. Headbangeas con todos los demás greñudos del lugar.

¿Se entiende el paralelismo?

Es ahora cuando headbangeas:
https://www.youtube.com/watch?v=1jdAwXV7eVM