La fama de este talentosísimo y difunto guitarrista se la debemos más bien a Sharon Osbourne. Cuando Ozzy salió de Sabbath estaba en las peores, su talento se opacó rápidamente por la cantidad de drogas que consumía. Entonces, el largo y filoso colmillo de su entonces manager, logró que Randy firmara para tocar y componer para Ozzy. Rhoads tenía una formación de música clásica, y logró transportar esa herencia al mundo del rock. El resultado de esta unión: algunos de los riffs más poderosos del rock (“Mr Crowley”, “Crazy Train”) y la carrera de Ozzy catapultada por el joven guitarrista de pelo encrispado.

Luego, el mundo de los excesos terminó la vida de este guitarrista a la corta edad de 25 años. Háganme el favor, murió mientras jugaban él y otro tipo del crew de Ozzy (que estaba claramente en cocaína) al jugar con un avión. Sí leyeron bien, estaban jugando con un avión, a volarlo.

“Crazy Train”, en vivo, con Randy Rhoads y Ozzy ¡rubio! (Nota, chequen cómo se equivoca en el 2:57)