La salud mental en la pandemia empeoró. Tres de cada 10 chilangos (32%) presenta síntomas severos de ansiedad, uno de cada cuatro (25%) tiene síntomas de depresión. Las mujeres son las más afectadas. 

Por: Luis Alberto Garcia

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El último año ha sido como un paseo en una montaña rusa para Beatriz. Mantuvo su empleo en la UNAM, consiguió otro en el Politécnico y superó su contagio de covid-19. También enfrentó la muerte de su padre y un aborto espontáneo. Todo en menos de 12 meses.

Como maestra de inglés, Beatriz fue una de los millones de chilangos que fueron enviados a trabajar desde casa por la Jornada Nacional de Sana Distancia, que este martes 23 de marzo cumple un año de haberse decretado.

Sufrió el aborto en marzo. Por esa razón comenzó a tomar terapia psicológica y continuó con la meditación, disciplina que practica desde hace cuatro años.

“Todo el inicio de la pandemia, esa paranoia, fue eclipsado por el duelo. Realmente me cayó el veinte de la crisis sanitaria cuando me contagié, en agosto”, explica la maestra.

Beatriz es una de las mexicanas que ha solicitado apoyo psicológico, servicio que se disparó en el último año.

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La salud mental en la pandemia se agravó

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Foto: Magdalena Montiel / Cuartoscuro.

Durante el año pasado, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de CDMX dio más de 28 mil atenciones psicológicas, pero la situación no ha mejorado. En los dos primeros meses de este año han realizado 7 mil 968 atenciones, poco más de una cuarta parte de las proporcionadas en todo 2020. 

El punto máximo de atención por salud mental en la pandemia ocurrió apenas en febrero pasado, cuando se registraron 4 mil 12 apoyos vía telefónica, chat y presenciales, según detalla Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX.

De acuerdo con datos de la encuesta ENCOVID-19 CDMX, el confinamiento —que no ha sido levantado del todo— ha ocasionado consecuencias en la salud mental de los chilangos.

Los resultados del ejercicio realizado por la Universidad Iberoamericana, el Gobierno de CDMX y Unicef indican que tres de cada 10 personas (32%) presentan síntomas severos de ansiedad, uno de cada cuatro (25%) padece síntomas de depresión.

Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo, detalla que las mujeres han sido más afectadas por las medidas de confinamiento.

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De acuerdo con sus cifras, seis de cada 10 atenciones (65%) han sido para mujeres, mientras solo 3 de cada 10 (28%) para hombres.

Graciela Teruel Belismelis, directora deI Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Ibero (Equide), explica que las chilangas son las que más han sufrido los estragos de la pandemia, al igual que las mujeres del resto del país.

Esto se debe a que en ellas ha recaído el aumento en las labores de la casa, así como el cuidado de hijos y de personas de 60 años o más.

“La prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión en mujeres están en rangos similares a los que teníamos al inicio de la pandemia. Los hombres tienen una recuperación marcada”, asegura.

Según la directora de Equide, los problemas relacionados con la salud mental en la pandemia se agravan mientras más bajo es el nivel socioeconómico.

Aura experimentó en carne propia ese problema. Su salud mental empeoró en el último año y le causó estragos físicos.

Permaneció en confinamiento cuatro meses, entre abril y agosto. Durante ese lapso, los problemas con su pareja crecieron y derivaron en una separación.

“Ahí empezaron mis problemas de alopecia. Noté que mi cuerpo estaba dando las últimas en cuanto a resistencia emocional”, reconoce.

Tras el divorció, la dentista se quedó a cargo de su hijo de dos años cuatro meses, así como de los gastos de la casa porque su exesposo estaba desempleado.

“De tener un hoyito del tamaño de una moneda chiquita, pasé a tener un hoyo del tamaño de una moneda de cinco pesos. El espesor de mi cabello cayó a la mitad”, explica la mujer de 32 años.

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Aura no tuvo otra opción más que acudir con un dermatólogo. El diagnóstico fue un problema psicosomático, es decir, sus síntomas físicos se agravaron por factores mentales.

Pese a que sabe que necesita tomar terapia psicológica, Aura lo ha tenido que postergar para atender la salud de su hijo, quien tuvo problemas para comenzar a hablar, y su salud ginecológica.

“Sé que habrá un punto de quiebre, que no sé cómo vaya a terminar emocionalmente. Quisiera que mi hijo esté bien, que las cosas que pueden ser controladas estén bien, para que cuando pase no me sienta mal de ausentarme si es necesario”, confiesa.

Aunque las mujeres han tenido más problemas con su salud mental en la pandemia, hay casos como el de Luis Alberto, quien también se ha visto afectado.

Tras trabajar cuatro años en una universidad, el hombre de 32 años fue despedido en enero del año pasado, semanas después de saber que tendría una hija.

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Desde entonces, obtiene ingresos como diseñador de productos personalizados, que comercializa a través de su página de Facebook Quiero D-Arte.

Su hija nació en agosto pasado y desde entonces alterna su trabajo con las labores de cuidado.

“Los primeros tres meses fueron desgastantes, abrumadores, cansados, frustrantes, muchas cosas pasaron por mi mente. Soy papá primerizo. Ahora creo que he generado un ritmo con el que he podido sobrellevar mis emociones”, señala.

Su rol principal es encargarse de su bebé de siete meses en medio de la presión que, reconoce, alimentan familiares sobre el papel que a él le corresponde como proveedor del hogar. Sin embargo, entre Luis Alberto y su esposa han sabido sobrellevar la presión.

“Mi esposa y yo tenemos esa especie de convenio en el que sabemos que los dos debemos de aportar para que esto funcione”, celebra.

Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro.

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Luis Alberto tampoco ha acudido a terapia para saber cómo está su salud mental en la pandemia.

“Hay poca oferta de servicios de salud encaminados a la detección de este tipo de problemas, pero es más grave que tampoco hay servicios enfocados en la cura y tratamiento. Falta mucho por mejorar en términos de servicios de salud destinados a atacar estos problemas”, explica Graciela Teruel Belismelis.

Beatriz supo detectar que su salud mental en la pandemia había empeorado y que necesitaba apoyo psicológico. La detección y aceptación le ha permitido enfrentar la pérdida de su padre, quien falleció por covid-19 en enero pasado, en pleno repunte de contagios.

“Muchas de las cosas que trabajé en terapia con el aborto sobre los procesos de duelo me han ayudado a entender y sobrellevar lo que pasó con mi papá”, considera.

“Estaba terriblemente mal, pero la meditación, terapia y el ejercicio fueron un salvavidas. Yo buscaba una manera de salvarme y estas medidas me ayudaron”, señala.

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¿Cómo ayudar a una persona con depresión o ansiedad?

Si detectas que tú, un familiar, amigo o una persona cercana tiene problemas de salud mental en la pandemia, puedes marcar al 555533-5533, del Consejo Ciudadano.

También, autoridades federales, de la UNAM y de otras instituciones publicaron el cuestionario para detectar riesgos a la salud mental, que puedes consultar en este link.

Además, existe la Línea de Confianza e Impulso Ciudadano, que brinda atención gratuita para atender casos de depresión.

Otra opción es la Línea de la vida, 800-911-2000, en la que brindan consejos y apoyo a personas que tienen alguna condición mental.

#HazPatria y cuídate mucho, chilango.

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